Viernes 19 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Aquí se buscan sus propios males

Pedro Cervantes Roque | 04/02/2017 | 02:08

 
·         Aquí se buscan sus propios males
 
·         Inmovilidad o inamovilidad ¿cuál?
 
·         La boruca
 
 
Los sucesivos ataques de choferes y concesionarios a las unidades que logran identificar como pertenecientes al sistema Uber revelan dos cosas: que las dependencias gubernamentales toleran y se complican en la comisión de un delito; y que esa condición permite a ciertos funcionarios contar con el respaldo político de las organizaciones de taxistas. El interés del usuario importa un soberano comino.
 
No está en discusión quién o quiénes tienen la razón sino quién o quiénes gozan de más apoyo de los funcionarios que deben sentir que los taxistas ordinarios les ayudan a identificar a los propietarios de unidades que están organizados en un sistema que otorga servicios de transportación usando vehículos en mejores condiciones que las carcachas que deambulan por las ciudades del estado para ofrecer un servicio indigno de ser prestado a usuarios que pagan cantidades mayores a las que pagan los habitantes de otras ciudades del país.
 
En este momento lo que está en la mesa de revisiones es la actitud omisa que están tomando los funcionarios del gobierno del estado para imponer el orden y el respeto que postulan las leyes y ordenamientos en vigor.
 
En el trasfondo del asunto reluce lo que parece un acuerdo secreto entre la autoridad y el prestador de un servicio importante para la sociedad. El desprecio de los concesionarios del transporte público por el usuario, a quien cobran cuotas por encima de la calidad que se reclama en cualquier parte de México, le prestan un servicio con deficiencias que empiezan por el pésimo estado de las unidades utilidades, etcétera, todo lo cual no es ignorado por la autoridad, pero su compromiso político con los permisionarios lo obliga a tolerar cualquier falla, abuso y lleva a los funcionarios a ocultarse ante hechos que provocan el enojo de la gente.
 
El interés de los propietarios de unidades Uber es el punto de acceso que cualquier persona interesada en los arreglos y complicaciones entre funcionarios y permisionarios de taxis, lo cual parece no incomodar a unos y otros. Lejos de eso, las menciones en los medios de comunicación les debe provocar risa pues -hasta ahora- no hay un solo chofer encerrado en la prisión de La Pila por lo denunciado por los choferes privados y menos todavía por las muertes que han provocado frecuentemente en distintos sitios de la ciudad.
 
Las modificaciones legales no solamente son burladas sino que nada absolutamente ha cambiado en la calidad del servicio, a pesar de la vigencia que tienen las nuevas disposiciones. Pero todo esto tiene como culpable principal al gobierno del estado quien no exige el cumplimiento de las especificaciones contenidas en las concesiones.
 
INMOVILIDAD O INAMOVILIDAD
 
Es seguro que el nivel de incompetencia de las autoridades municipales encargadas de ordenar la circulación vehicular alcanza niveles altos. De ninguna otra forma se explica la prevalencia de congestionamientos vehiculares en las vías rápidas de la ciudad y la frecuencia de accidentes con pérdidas de vidas, heridos y materiales.
 
Debo aclarar que no me refiero a los elementos de tránsito que permanecen entre indiferentes y desinteresados en los problemas que soportan los conductores de vehículos cada vez mas expuestos a sufrir accidentes. Me refiero, en todo caso, a los personajes que cobran cantidades respetables por un trabajo que no realizan. Ellos son los encargados de planear el desarrollo urbano y de aplicar medidas preventivas que faciliten los desplazamientos de los habitantes de las distintas colonias, barrios y sectores.
 
La ciudad está inmóvil cuando las filas de vehículos se hacen lentas y se alargan en las distintas vías rápidas que tienen años de no ser actualizadas.
 
La inamovilidad es producto de decisiones previamente acordadas. Una persona es inamovible en su empleo porque entre él y su empleador lo acordaron previamente. Ese no es el caso de la ciudad porque no hay acuerdo, pero incompetencia sí.
 
Junto con las dificultades de circular por la zona urbana en las horas de mayor número de desplazamientos, aparecen otras necesidades. La señalética es ridículamente insuficiente en toda la zona urbana. Un ejemplo es la diagonal sur Salvador Nava Martínez, donde las banderas anuncian el posible destino del conductor de un vehículo que no conoce la ciudad. Apenas abandone esa vía y quedará desconcertado y en manos de cualquiera que pudiera ayudarle.
 
Solamente los modernos recursos de orientación que existen en las redes telefónicas podrían sacar a cualquiera de un potencial extravío. Sin embargo, es un hecho que la señalética debe motivar a los creativos del diseño para ofrecer soluciones prontas y oportunas.
 
Por el caos existente en la autorización de fraccionamientos y colonias en la mancha urbana y la absoluta indiferencia de las autoridades para asumir acciones más responsables, todavía tiene salidas. Pero la descoordinación, los desencuentros y la actitud omisa deliberada obstruyen las soluciones inexplicablemente.
 
LA BORUCA
 
Aunque no existe ningún plan municipal de rescate de la zona comercial de la ciudad para hacerla más eficiente como asiento de importantes operaciones, es una realidad que los cuatro mercados del centro están fuera de toda posibilidad de atención inmediata o en el mediano plazo. El Hidalgo, el República, el Tomás Vargas y el Pípila permanecen bajo la jurisdicción municipal pero operados anárquicamente. Por si fuera poco, las autoridades municipales de comercio conceden preferencia a su función recaudadora por encima de su obligación de facilitar el tránsito ágil de las mercancías. De modo es que la transformación funcional del Centro Histórico está lejos y peligrosamente abandonada.
 
+++
 
Alguien tiene que decirle al director de obras municipales que lo están esperando miles de metros cuadrados que reclaman a gritos su atención. Las ciudades capitales de los estados que nos rodean están en condiciones materiales mucho mejores que las nuestras. Y no es cosa de dinero, sino de organización.
 
+++
 
Dependencias estatales y federales siguen con la fea costumbre de poner en manos de sus empleados parte del parque vehicular durante las fechas laborales y las no laborables. Se ahorrarían millones de pesos si dejan de permitir que sus empleados preferidos les dejen los tanques vacíos porque se fueron de fin de semana, o de puente como en el presente caso. Sólo que parece ser parte de las prestaciones que ofrecen a sus funcionarios de medio pelo para arriba.
 
+++
 
Son tantas las fincas viejas del centro que están en riesgo de derrumbarse, que el día que se anuncie un programa de restauración hasta los dueños de fincas que funcionan como negocios ahora, van a querer que les den una arregladita gratis. Mientras tanto, ¿sabe usted cuántas toneladas de material inflamable se encentran en esos edificios céntricos? y ¿cuántos litros de solventes, pinturas y otros líquidos están almacenados ahí también? Se espantaría.
 
+++
 
CALLEN ESA BORUCA
 
@pedrocervantesr