México vive momentos muy complicados. La reacciones no se hicieron esperar. La población se ha y, lo sigue haciendo, manifestando su inconformidad, de forma aguda y ofidica, queriendo demostrar su rechazo con la clase política y desde luego con todos los partidos políticos, además, con las figuras públicas que, el próximo el año electoral, han querido tomar ventaja de esta inconformidad espontánea de la ciudadanía, en cuanto a lo que desencadenó el aumento del precio de las gasolinas.
Fue la gota que derramó el líquido de su contenedor, el aumento del precio de las gasolinas. Una larga historia de abusos y excesos en del ejercicio del poder público en nuestra Nación, ha colmado la paciencia y la gobernabilidad fue, y, puede seguir siendo, puesta a prueba.
Hoy vemos como en la desesperación del ejecutivo, se precipita en forma atropellada, y crea un pacto con las fuerzas económicas y productivas de nuestro País. Solo COPARMEX, no lo firmo. Este Sindicato que practica la filosofía de la conciencia empresarial y que ejerce la responsabilidad social, frente, ya no sólo, a sus agremiados, también, frente a la sociedad.
La Presidencia de la Republica, se precipitó al querer contener el enojo social, queriendo pactar precipitadamente un acuerdo que fue muy criticado, pero además, carecía de fondo, era pura forma con mensaje solo mediático.
El Secretario Federal del del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete en su intervención, el día en el que se firmó el referido pacto, describió como es que se forma un líder y, fue más allá, también lo hizo describiendo quién es un estadista. Este empleado del Presidente de la Republica, en su extraordinaria exposición, al describir un líder y un estadista lo hace en el marco académico pero, lo malo es que se refirió a su patrón, quizá queriendo mantener su cargo a expensas de seguir engañando a la sociedad.
Alguien más desilusiona, entre muchos y, habiendo iniciado su discurso en forma histórica y, refiriéndose a los fracasos de tantos pactos firmados en tiempos de crisis, fue el ex presidente de COPARMEX Juan Pablo Castañon, quien en esta calidad, y suponiendo que había entendido la filosofía del Sindicato Patronal, estuvo dispuesto a firmar tal acuerdo y luego criticar a su sucesor. Qué pena da.
La República Mexicana, sus autoridades, lo he comentado en otras ocaciones, necesita recorrer otro camino, uno que sea de transparencia y de cara a la población y, desde luego, con posturas frontales a la corrupción y a la impunidad. No se entiendo cómo todos los servidores públicos cuando están en campaña electoral, se desgarran la voz pronunciándose en contra de estas dos calamidades que vivimos pero, una vez que se llega a la "representación social", buscan por todos los lados eludir esa responsabilidad.
Se habla mucho de la reducción de sueldos, como si esto fuera la solución del problema que vivimos, cuando el verdadero problema es la repartición de la riqueza del País y la impunidad con la que muchos se han llevado el dinero público o, el mismo aplicado indiscriminadamente en lugares que dan posiciones políticas y de ahí, hacer negocios ilícitos.
No se puede olvidar, por ejemplo, el quebranto de más de 240mil millones de pesos de los ex gobernadores de Veracruz, Quintana Roo y, Chihuahua, cuando menos y, solo uno de ellos está en la presión y eso por qué se entregó.
Pero más aún, las enormes cantidades aplicadas en el último proceso electoral, gastando más de 153 mil millones de pesos para solo 12 estado, además las enormes cantidades que se llevan los partidos políticos. México no es un País pobre, es un País al que le han quitado la oportunidad de estar en una de las primera economías del mundo.
Se ha referido ya el Presidente de México, a nuestro País, como hemos pasado de ser un País petrolero a un País con petróleo, es decir nos condena a importar gasolinas y quedamos a expensas de la voluntad extranjera y, a sus exigencias, debilitando más cada día, nuestra soberanía, si es que queda algo. Habría que ver qué pasó con el dinero público que se usó en PEMEX, a donde se fue y quienes son los responsables de haber dejado una industria tan prospera, en ruinas.
Hoy la revolución pacífica, es ya un hecho, las redes sociales la impulsan y con ello se presiona, para que los gobernantes vean, en su indolencia, lo que han probocaso.
Sería prudente de parte de las autoridades políticas, ver por primera vez por el Pueblo de México y su gobernabilidad pues con tanta volatilidad y sin una verdadera transparencia, pero además, canales de comunicación claros, la irritación social, crecerá.
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@jaimechalita
