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Memorandum

Gregorio Marín Rodríguez | 29/12/2016 | 21:09

Los potosinos vivimos en estos días la maravillosa experiencia de que el nombre de nuestro estado se conociera en todo el mundo.
 
Impulsada por los arrebatos acostumbrados en las familias mexicanas cuando una de sus muchachas cumple quince años de edad, una familia de campesinos acudió a tomarse una foto que alguien subió a la red con un texto diciendo que “todos están invitados”. Los papás se referían a los miembros de la comunidad que desearan asistir a la celebración, pero las redes sociales “se colgaron” de la rústica ingenuidad y el asunto se hizo viral en pocas horas. En los reenvíos había de todo, desde curiosidad hasta morbosidad y maldad.
 
TV Azteca entrevistó a la familia y, aunque don Crescencio Ibarra, el feliz papá, aclaró al principio la naturaleza de la invitación basada en una costumbre local, acabó reiterándola “a todos los que quieran asistir”. Doña Ana Elda García, la mamá, asintió ante las cámaras más que nada en acatamiento a una decisión del jefe de la familia.
 
El asunto resultó ideal para comerciantes que vieron una oportunidad extraordinaria de hacer negocio. Surgieron ofertas de apoyo para la celebración, que iban desde boletos de avión con descuentos del 30 por ciento, hasta restauranteros, pasteleros y franquicitarios patrocinadores de la fiesta. Las ofertas incluían actuaciones gratis de cantantes y músicos gruperos. La quinceañera estaba abrumada por la inesperada publicidad y las muestras de simpatía que pronto cundieron hasta todos los rincones del planeta con el poder de las redes sociales, de la televisión comercial y de incontables medios impresos y radiofónicos. Por supuesto, ella era la parte más inocente de todo el barullo.
 
LA FAMOSA “CHIVA” DE DIEZ MIL PESOS
 
En las comunidades rurales de varios estados mexicanos se acostumbra organizar carreras de caballos los domingos, en las que se cruzan apuestas entre los dueños de los equinos y simpatizantes de los competidores. La invitación del padre de Rubí incluía “una chiva de diez mil pesos”; es decir, una carrera de caballos con premio de diez mil pesos para el ganador. Se trataba de un atractivo adicional en el festejo, para llevarse a cabo, supuestamente, después de la misa, anunciada para las 13:30 horas.
 
Se presentaron amenazas que iban desde el cambio de capilla hasta la anulación de la misa por falta de cupo. Al final el cura Felipe Martínez ofició la misa y en el sermón aconsejó a la quinceañera vivir con humildad y no dejarse influenciar por el inesperado boato del evento. La niña usó un vestido en dos tonos de rojo y estaba entre azorada y confundida, pero feliz, aunque ella y sus padres y tíos perdieron por un momento la compostura ante el insoportable asedio de fotógrafos, camarógrafos y curiosos que soltaban “flashazos” por todos lados. Hubo un momento en el que lanzaron una propuesta: “O se van ustedes o nos vamos nosotros”.
 
UN “PRESENTE” DEL GOBERNADOR
 
Unas semanas antes la alborozada Rubí hizo una visita al gobernador del estado, Juan Manuel Carreras López, acompañada de sus padres, para invitarlo a su fiesta. Ese día nadie se imaginaba que el asunto se extendería tanto como lo hizo. El mandatario accedió cortésmente. Por eso fue que después de la misa se acercó a la quinceañera acompañado de su esposa Lorena Valle Rodríguez y le entregara una computadora y unos libros, acto que hicieron constar los comunicadores. Varios funcionarios asistieron al evento, como son el secretario general de Gobierno, Alejandro Leal Tovías; el secretario de Seguridad Pública, Arturo Gutiérrez García; y los alcaldes de Matehuala, Charcas y Villa de Guadalupe: José Everardo Nava Gómez, Luis Armando Colunga y Raúl Castillo Mendoza, respectivamente.
 
En la comida se sirvió asado de boda, mole, arroz y “frijoles charros”.
 
Por razones de seguridad se armó un dispositivo con elementos de la Policía Federal, de la Policía del Estado y de corporaciones policíacas municipales. No se registró ningún incidente.
 
Donde sí hubo una desgracia qué lamentar fue en la carrera de la “Chiva”, porque el sexagenario Félix Peña se atravesó a uno de los caballos en plena carrera y perdió la vida cuando era conducido al hospital. Un joven de Tlalnepantla resultó con una pierna fracturada.
 
El ganador de la competencia fue Sergio Moreno, de 20 años, montando su palomo “Pegaso”, que alcanzó varias victorias en este año.
 
OBSEQUIAN UN AUTO A RUBÍ
 
A medida que avanzaba el día iban llegando “invitados” a la fiesta. El baile comenzó a las ocho de la noche con unos dos mil y culminó después de las tres de la mañana con tres mil. Se calcula que asistieron más de 40 mil personas entre vecinos, invitados y visitantes.
 
La quinceañera bailó con su papá don Crescencio y con el vocalista de la Banda Jerez, Marco Flores. El ex alcalde de San Blas, Hilario Ramírez Villanueva, “Layín”, le obsequió un auto a Rubí y Rafael Acosta, “Juanito”, una muñeca.
 
Por la fiesta de Rubí el estado de San Luis Potosí se hizo famoso en todo el mundo.