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Entre Papeles

Pedro Cervantes Roque | 26/11/2016 | 00:39

Los partidos políticos de México han sufrido una transformación tal que no son vertientes de una corriente ideológica ni son campos para la coincidencia del pensamiento ciudadano acerca de la política y de todos los temas importantes del país. Las expresiones más prudentes de la población los definen como centros de corrupción, como organizaciones de individuos que explotan una sigla por virtud de lo cual les pertenece una porción del dinero público recaudado en un año.
 
Los partidos no ofrecen al ciudadano una manera de hacer de la administración pública una entidad útil, capaz de generar desarrollo o de encausar las mejores soluciones ante la demanda de progreso. Sus documentos básicos permanecen en vitrinas que parecen cajas fuertes a prueba de robos. En las acciones partidistas, la demagogia caracteriza sus expresiones y los conflictos internos, frecuentes en todos, tienen su causa en el incontenible deseo de apropiarse del control de los recursos canalizados por el gobierno para su sostenimiento. No existe un tejido de lo diverso para crear una sola pieza sino la permanente confrontación por encaramarse en el poder interno para luego buscar el puesto público deseado sin que en todo el proceso pisen los terrenos de la teoría política, de la económica y de la social. Terminan -sus miembros- alejados de lo esencial de los partidos de modo tal que es un eufemismo mencionar los términos de “derecha, centro o izquierda” como apellidos para cada uno.
 
Como organismos a través de los cuales el ciudadano puede identificarse con una corriente de pensamiento, con un programa de acción y con las conductas ideales, muy deseables para los políticos del país, los partidos hace tiempo que perdieron el rumbo porque cayeron en manos de pléyades indeseables, que facilitan el acceso de familiares y amigos a posiciones desde las cuales pueden beneficiarse con el dinero público. Es difícil que los “políticos” organizados en los partidos demuestren un mínimo de conocimiento en materias que reclaman la presencia de expertos y no la de aventureros con suerte. No obstante, agregan puestos a su currículo sin importar si el ciudadano expresó su apoyo en las elecciones o no, pues los propios políticos impiden que fórmulas obsoletas por inútiles para los fines del interés popular sean modificadas y vueltas a crear en beneficio de todos.
 
El resultado es curioso e interesante. Individuos que militaron en cualquiera de los partidos abandonan sus filas al menor motivo y en la siguiente campaña aparecen en otros partidos. El allanamiento de sus documentos básicos incluye el renglón de los requisitos que un sujeto debe reunir para ser parte de un partido aunque en la más reciente elección haya participado al amparo de otro partido. Una solución aparente al problema así creado es la de postular “candidatos independientes”, pero hasta hoy quienes aparecen con ese adjetivo son individuos que en el pasado reciente formaron parte de las camarillas internas de alguno de los partidos con registro y derecho de obtener parte de los subsidios en su favor, que huyeron de “su partido” o fueron desplazados de la lista de postulados a un cargo de elección, hasta que lograron un registro a una candidatura cualquiera.
 
México no encuentra una forma de organización ciudadana ideal para sus formas y costumbres. En tanto sean los partidos quienes dicten las normas y modelen la conducta de los legisladores federales, estatales y los cabildos municipales, no habrán de perder el control de la normatividad que hoy les beneficia sin que nadie pueda chistar. La situación indigna a los electores y no son pocas las expresiones de rechazo a ese círculo de individuos que se apoderaron de la vida política de México.
 
LA BORUCA
 
El secretario de Finanzas, José Luis Ugalde Montes, está en La Paz, Baja California Sur, donde se desarrolla la CCCIX Reunión de la Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales, como representante del Grupo Zonal 5 que es encabezado por San Luis Potosí y formado, además, por Guanajuato, Michoacán y Querétaro. El secretario de Finanzas habló sobre la pertinencia de la reunión en la que se tratar diversos temas de interés para los estados y los municipios. San Luis Potosí tiene a su cargo la coordinación del Grupo de Recaudación en el periodo 2016-2017.
 
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“Los Ayuntamientos no son los únicos responsables de los índices delictivos que se viven actualmente porque en esa materia se trabaja de manera conjunta con el Estado y la Federación, por lo que los tres niveles de gobierno deben invertir más recursos en más equipo, más capacitación y más policías”, afirmó el alcalde de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Juárez. Es cierto, al ayuntamiento le corresponde la acción preventiva y justo en eso es donde hay mucho qué hacer. Al Estado y a la Federación les corresponde la persecución de los delitos y también hay deficiencias. Pero el peloteo nada deja.
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El alcalde de Soledad, Gilberto Hernández Villafuerte, arrancó el Operativo Bienvenido Paisano, en donde expresó que la prioridad de su gobierno es garantizar la seguridad de los visitantes que provienen de Estados Unidos. En el evento destacó la presencia de funcionarios de todos los niveles, entre ellos el alcalde capitalino Ricardo Gallardo Juárez, además de representantes del Instituto Nacional de Migración, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, así como del Instituto de Migrante del Estado, la Policía Federal, Cruz Roja y Bomberos. El gobierno destinó un grupo especial de la Dirección General de Seguridad Pública que tiene la atención de un módulo acondicionado para brindar un espacio de descanso, atención médica, información y auxilio mecánico en caso que lo necesiten.
 
¡CALLEN ESA BORUCA!
 
 
 
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