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Leopoldo Pachecho | 23/11/2016 | 00:31

Cuando estamos estáticos, en una rutina, o seguimos atacando nuestros problemas cotidianos de la manera acostumbrada, por lo regular estamos condenados a seguir repitiendo nuestros errores y lo peor de todo es que nuestros problemas se convierten o desarrollan inmunidad a nuestros remedios.
 
Y eso puede quedar representado hasta en la propia naturaleza, cuando sabemos que por tanta automedicación por ejemplo, nuestras enfermedades han evolucionado; virus y bacterias ya son resistentes a los antibióticos y que ello ha motivado precisamente a que los mismos ya no se puedan vender sin receta, pues esto se convirtió en una crisis donde la penicilina, el gran descubrimiento de la medicina, simplemente hoy en día funciona poco.
 
Y este comentario, que parece que viene a poco a lo que hemos estado haciendo en este espacio, amigo lector, se justifica al momento de observar que las mismas costumbres de atacar nuestro males con los remedios de siempre, está dando como resultado con su inmunidad.
 
El tema de seguridad pública se ha convertido en uno de los principales problemas que tenemos en la entidad, ante el brote de eventos delictivos y las muertes y desaparición de personas, entre las cuales destaca el número de mujeres, que ha llevado a las autoridades a reconocer que se necesitan estrategias, que es necesario sumarse como sociedad en la prevención de este tipo de hechos y que no deja de ser una herida que está sangrante y que requiere pronto alivio. La autoridad ha desplegado en la ciudad una serie de anuncios espectaculares para motivar que la ciudadanía, de manera anónima, participe y de ese modo se pueda detener la ola delictiva que se ha venido presentando. Este tipo de táctica, por supuesto, tuvo resultado hace algunos años en San Luis Potosí y en las instalaciones de la zona militar y la Procuraduría de Justicia vimos decenas de “presuntos” delincuentes pertenecientes a diversas células del crimen organizado y también del fuero común, detenidos y puestos a disposición del Ministerio Público correspondiente, según fuera el caso, muchos de estos resultados gracias a la participación de la ciudadanía y de la “denuncia anónima” de aquellas personas que al detectar individuos, vehículos sospechosos y otras situaciones extraordinarias, llamaban a los elementos del ejército o la policía, y de ahí los resultados que efectivamente daban cuenta de operaciones y movimientos delincuenciales en San Luis Potosí y se pudo contener durante varios meses esta situación que hoy nuevamente está resurgiendo.
 
Si bien es cierto, como hizo alusión en su película “El Infierno” el director Luis Estrada, sobre la intención de convertir a México en un país de soplones, como remedio en la guerra que inició contra la delincuencia el presidente Felipe Calderón, hoy en día no podríamos dejar de subestimar que también la delincuencia ha modificado sus estrategias y sus modos de operación, al punto de entender que con las viejas fórmulas no está pasando absolutamente nada y solo vemos con tristeza que las autoridades policiacas están correteando sombras en el mejor de los casos, o están corriendo en círculos como “gallinas sin cabeza”.
 
Ahí es donde surge precisamente la pregunta de si ¿debe entonces la ciudadanía hacer el trabajo de investigación para que los señores soldados y policías posteriormente resuelvan en detenciones? es por ello que con tristeza se debe asumir que no hay capacidad de investigar y que todo se resuelva por denuncias anónimas, ¿es eso?
 
Si bien es cierto que es muy importante la participación de todos, no puede ser que solo sea la participación lo que remedie estos problemas porque, como dice el chiste del borracho, “tomo para ahogar mis penas, pero a estas alturas mis penas ya saben nadar”. Es necesario entonces que los responsables y los estrategas consideren que es necesario también cambiar las estrategias para que los operativos no sean una pasarela de patrullas y armamento por la ciudad y de cualquier forma, a la mañana siguiente aparezcan los cadáveres en calles poco transitadas.
 
No se debe olvidar que por ley natural, hasta las cucarachas han cambiado para resistir su exterminio.
 
Hasta la próxima…