Martes 23 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Monosatírico

Alex Valencia | 20/11/2016 | 13:51

El panorama es, por decir lo menos, desolador. Retomando con necedad eventos, ya para estas fechas olvidados, durante la 37 Muestra Nacional de Teatro se presentó una exposición denominada “Memoria colectiva. Retrospectiva sobre el teatro en San Luis Potosí”, una colección en cuya pobreza y ausencia de rigor se plasma por entero un prototipo de nuestra realidad: un trabajo incompleto, malhecho, peor montado y en el cual se vislumbran las abismos abundantes entre lo oficial, lo ciudadano y entre los propios creadores de arte en la entidad.

No abundaré en torno a la exposición o la Muestra, como era mi propósito inicial para la colaboración de esta semana, en razón de haberse perdido la oportunidad periodística, no por el hecho en sí, sino por los desafortunados sucesos acontecidos posteriormente; únicamente quiero destacar el frente opuesto a la MNT por parte de El Rinoceronte Enamorado, quienes con bases sustentadas en dos publicaciones dejaron en claro su postura, la cual comparto en tanto el rechazo a la realización y dispendio innecesario de recursos del evento en nuestra ciudad, producto del capricho de algunos funcionarios y gente externa (cof,cofgrupomárquez,cof), motores de los dislates pseudo culturales de esta administración estatal.

La Secretaría de Cultura encabezada por Armando Herrera Silva inició con el voto de confianza por parte de la comunidad artística en función de su trayectoria y relación con los interesados, pero desafortunadamente ha desperdiciado sistemáticamente todos sus bonos al grado de encontrarse en este momento en terrenos de la frase con que inicia este texto; los desatinos –en particular de la pobreza de ideas y capacidades demostradas por su equipo cercano- han sobrepasado con infortunio los aciertos y su tangible buena voluntad por la falta de carácter para tomar las riendas con inteligencia y firmeza. En razón de ello y las circunstancias generales del país para el año entrante, el futuro inmediato se vislumbra como un desastre anunciado. La nave hundida de la anterior administración dio visas de emerger antes del naufragio sistemáticamente trabajado como auto sabotaje.

Los temas sumados en la semana dan con pesar prueba de mi visión pesimista, la corrección a destiempo de la convocatoria del Premio 20 de noviembre, convertido en canibalesco botín codiciado sin sentido antes que en el reconocimiento a la excelencia en las artes y ciencia cuyo propósito inicial indica ( los años anteriores fue un “robo” por las declaratorias de desierto en algunos premios y ahora nadie protesta porque claro, no hay escultores ni compositores potosinos meritorios); el hecho de que cada director de área –las comunes y las recién inventadas, como la “sub dirección de publicaciones”- se asumen como plenipotenciarios y mandamás; el fracaso en la solicitud de recursos por incapacidad de cabildeo que arroja como resultado la cuasi nula asignación del Presupuesto de Egresos de la Federación en materia de cultura; los magros resultados de las brillantes ideas del grupo Márquez, las cuales sin embargo prevalecerán porque Banorte se ha convertido en incólume promotor de las artes con esa férrea voluntad y apreciable humildad que les permite invertir en proyectos culturales estando en un bajo perfil mediante el cual otorgan millones a fiestas de cine, muestras nacionales de teatro, festivales de ópera, congresos de la ATEI (si no sabe nada de estos últimos, amable lector, no se preocupe, creo ni los organizadores), etc. sin necesidad de una figura representativa  ya no digamos en las inauguraciones, sino en la más discreta de las actividades de estos eventos porque ¿Quién necesita presumir de otorgar millones de pesos desinteresadamente para el bien de la ciudadanía?

Al momento de redactar esta columna se siguen sumando voces señalando inequidades varias las cuales apuntan a la administración de recursos y validez legal de las acciones de Secult sin que esta muestre interés en revisar o responder sobre sus acciones. Quedan muchos temas en el tintero, más de los deseados. El número debería ser cero. Por supuesto nunca llueve a gusto de todos, pero si la comunidad artística no tiene cohesión, la obligación institucional al menos debería ser de conciliadora y facilitadora, pero Herrera Silva al parecer está solo, atado y sin ganas de dar la vuelta hacia lo positivo en los asuntos pergeñados para bien de los potosinos. Ya con menos ánimos, seguimos esperando una reacción.