Pedro Félix Gutiérrez Turrubiartes. | 16/11/2016 | 00:34
Cierra los ojos por favor, y evoca. Descríbeme la sensación de bailar. –me dijo-. Cerré los ojos y empecé a soñar.
Lo primero que aparece es un tramo de una vieja película que se llama “fiebre de sábado por la noche”, aquí se cruzan, como en la vida cotidiana, los conflictos personales del bailarin.
En realidad en muchas religiones, la danza es: junto al sacrificio, una de las acciones culturales más importantes, porque mueve interiormente al ser humano; así por ejemplo es expresión de alegría en un principio.
Festivales trascendentes y relevantes sobre danza hay mucho en el orbe. Las danzas latinas sobre todo llenas de estilo y sensualidad de música conmovedora y contagiosos ritmos, te hacen mover los pies a las primeras notas.
Las religiosas danzas primitivas estaban relacionadas con el acompañamiento a los ritos fúnebres, al trueno y al rayo, al ocaso o a la luna.
En círculos proféticos cananeos, la danza era un medio para entrar en éxtasis, se diría que el cuerpo vence a la gravedad y asciende o desciende según el caso. Éstos a su vez son los gigantes que menciona la biblia.
En la India Shiva, es el rey de los danzarines, que en sus movimientos simbolizan el ritmo del universo. El escritor griego Luciano designa el baile de los cuerpos celestes como la prefiguración de la danza en la tierra. Nada que ver con fiebre de sábado por la noche.
La danza es desde antes un signo de alegría y agradecimiento. Después de la travesía por el mar rojo, María, hermana de Moisés, dirigió entre cantos y toques de timbales el baile de las mujeres.
Existen ahora –por supuesto- decantadas por tanta mezcla cultural: la danza India, los bailes africanos, la danza española y las danzas de la muerte europeas que vienen del medioevo.
Dicen los especialistas por ejemplo que en USA, se combinan en la danza contemporánea el primitivismo Apalaches y los misterios de la mitología griega.
¿Alguien recuerda haber bailado en la secundaria escolar “la danza de los machetes” y “Los Viejitos”, basadas en nuestra historia? Los españoles trajeron en el siglo XVIII, la contradanza y los movimientos dancísticos.
Por supuesto que en nuestra cultura nacional tenemos la influencia africana de los Yoruba y los Batú y sus tambores que se usaban para llamar a los dioses.
E n la Habana se lleva a cabo en el gran teatro, anualmente el festival de danza. Y contra lo que pudiera pensarse es en Suiza dónde actualmente se lleva a cabo el “Salsa Fest”. Y en San Luis El festival Internacional de danza Lila Lopez.
La danza es pues la expresión delo sagrado y su evolución a lo largo de la historia de la humanidad nos demuestra como en las manos; la oposición de derecha e izquierda, donde se remonta a la experiencia cotidiana del hombre con sus manos.
Por eso se dice que la mano derecha es la correcta y preferida de la cual se espera el éxito y la felicidad, mientras que la izquierda que es torpe puede traer la desgracia. – excepto pienso en los naturales izquierdosos-.
En el antiguo oriente la mano izquierda servía para alejar a los demonios. Así que cruzar manos, piernas y pies para danzar es todo un rito.
La película Honey y el dramático cisne negro, dónde el suspenso psicológico y el dolor se unen es una extraordinaria experiencia sensorial de la danza a través del cine.
La separación de la danza contemporánea como expresión artística del ballet, para generar entre el individualismo y la abstracción y dónde la coreografía se basa en ideas y sentimientos una nueva opción desde 1900 para el arte, es digna de estudiarse y verse.
Isadora Duncan mítica danzarina creo entre las nuevas tecnologías de la época, uniendo el arte griego y usando el cuerpo humano como expresión emocional vista ahora entre su vida y su muerte. Para crear el misticismo de la danza entre otras bailarinas y bailarines de renombre.
En sus comentarios siempre decía: “nací a la orilla del mar. Mi primera idea del movimiento y de la danza me han venido seguramente del movimiento de las olas”. Después murió trágicamente estrangulada.
José Juan Tablada, poeta y prosista mexicano que introdujo el “Haikú” en la literatura latinoamericana y protegido de Venustiano Carranza en la diplomacia cultural, escribió en sus crónicas modernistas, la visión del Japón Y el París de 1900 y la manera de acercarse a las artes desde lo sensorial. A través de la escenificación del cuerpo.
Por el sabemos de las “Femme fatale”, del hada de “La belle epoque” o de “Las Geishas” claves fundamentales para entender y disfrutar el erotismo de la danza. En la dinámica del cuerpo que desprende la energía de las personas.
Ahora sabemos por quienes sintetizan la realidad que para la iglesia “el cuerpo es una culpa”, la ciencia dice que “el cuerpo es una maquina”, la publicidad dice “el cuerpo es un negocio” y el cuerpo dice: “yo soy una fiesta”.
En muchos pueblos antiguos, la mitad derecha del cuerpo se consideraba masculina y dirigida hacia el cielo infinito; la mitad izquierda, el de la luna. Es decir; conocimientos, danza, religión, historia.
Pasados múltiples que nos conforman en actos y costumbres. Resurrección, danza, baile, tango, vals, Rock and rol, mambo, salsa, las danzas indígenas de la huaxteca, el folclore nacional y en mis sueños, al despertar “Zorba el griego”. Lenguaje corporal finalmente que es de su ejecución dónde brota la vida. Si es que en verdad “El cuerpo es una fiesta”.
Solo habrá que ver ahora a escala nacional, con el vecino: “como nos llevan al baile”.
Pfelix2000@hotmail.com
