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Espacio de reflexión

Jaime Chalita Zarur | 15/11/2016 | 00:05

Dejar hacer dejar pasar.
Principio del pensamiento económico del siglo XIX.
 
No hay mal que por bien no venga. Proverbio popular.
 
 Toda la semana pasada la sorpresa y tal vez, la indignación fue y, sigue siendo la preocupación de la llegada de Donal Trump, a la presidencia de los Estados Unidos, una persona que ha querido desde su aparición, romper el orden económico mundial, haciendo gala de su excéntricas costumbres, las cuales no discuto, pero además, a base de despertar el odio y el racismo, dormido por muchos años que, hará víctimas, como ya lo está haciendo,  a muchas personas como ya lo hemos visto.
 
Ahora  vemos que existió y lo sigue haciendo, en un gran número de seguidores de este sujeto, presidente electo, agazpapados en tanto resentimiento y, lo que se creía superado desde el Holocausto, regresa con más virulencia.
 
Realmente es muy poco creíble que una sola persona, pudiera hacer eso y más. Finalmente lo ha logrado y desde luego que la preocupación, no se ha hecho esperar en la población y desde luego en los mercados. El populismo, discursos dirigidos a grupos con menos educación, del mismo grupo que en México, hay muchos, convenciendo, en la desigualdad que, todo en el sistema está mal. Sin una explicación profunda este tipo de candidatos, engañan a la población, pues una vez que llegan a donde quieren, matizan o reculan como se ha dicho en San Luis Potosí, dando marcha atrás, como lo ha hecho ya Trump. 
 
Tan populista como los políticos mexicanos, que predican el bien con dinero ajeno, pero sin imprimir el deseo que la gente tenga oportunidades y trabaje para a través de ello, generar riqueza propia y desde luego mexicana.
 
Todavía ahora, se discute y comenta, cuál será nuestra suerte hacia adelante, como es que vamos a sobre vivir, sin tener en cuanta que de toda crisis existen oportunidades de crecer y abonar al éxito que se persigue. Nuestro País no ha sido golpeado por una bomba y matado a mucha gente, como ha sucedido en otros países en la Segunda Guerra Mundial y, ellos se han levantado y triunfado por encima de nosotros. Había una diferencia o dos, el sufrimiento y el dolor , hizo que se amara más a su País y entre ellos, buscando ser nuevos en su horizonte común, su Patria
 
Claro hace falta el respeto a la ley y la honradez de todos, no solo de políticos. Terminar con la impunidad y corrupción, no será de un momento a otro pero ya deberíamos empezar, pero, si de respetar la ley se trata y, ya sin ningún respetos por este ogro racista, habría que valorar el dejar hacer y dejar pasar, tratándose de la cooperación mundial y en el caso específico del control y combate a las drogas en sus modalidades, una guerra indeseable en contra del crimen organizado, la cual estamos perdiendo a costa de, que en nuestro País se mueren las personas y, se pierden vidas de periodistas, jóvenes, hombres y mujeres, en lo general de la sociedad, promesas de México, que no podrán serlo, pues estamos cuidando las fronteras de otro país que no es el nuestro. Los diablos deberían desatarse dejando de matarnos entre nosotros. 
 
Es decir nosotros ponemos los muertos, por cuidar a los americanos del norte de nuestro País. ¿Qué pasaría si detenemos la persecución de estos criminales y dejamos que vallan como ellos saben al país del norte y vendan ahí sus productos? 
 
Sacudirnos de una vez por todas la tutoría de los Estados Unidos, buscar la verdadera autonomía y mejor: lograr nuestra soberanía. La globalización nos ha quitado mucho de ello, aún cuando el proteccionismo, es retardatario pero, tendríamos que buscar mejores formas de competir para salir al mundo sin temor, si depender de nadie y arrojarnos a conquistar el mundo. Esta historia no se ha terminado de escribir y es una extraordinaria oportunidad para lograr nuestros anhelos.
 
No debería hacernos presa el pánico; no tenemos que perder ante las amenazas, aún a pesar de lo que exportamos, la balanza comecial, históricamente ha sido favorable a los americanos. Ahora es, y así puede ser, nuestra oportunidad de no comprar en tiendas transnacionales, en lugar de eso, consumir nuestros productos mexicanos. Apuesto que la enorme inversión de todas esas tiendas americanas, junto con sus franquicias, no aguantaría el peso de no tener más clientes, en México y en el Mundo y hacer exigible entre todas esas marcas, la no violentacion del orden establecido, sobre todo para no lastimar a quien no se debe.  
 
Esta es la oportunidad Nacionalista de nuestro País. ¿La entenderán los Políticos? 
 
 
jaimechalita@yahoo.com

 

@jaimechalita.