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Miguel Ángel Guerrero | 11/11/2016 | 23:22

Por si algo faltaba en materia de modelos delictivos foráneos, ya se presentó el primer caso de asalto en un autobús del transporte urbano al más puro estilo de los que cotidianamente se registran en la ciudad de México.

Cuando todavía los catastrofistas no brincan desesperados señalando el hecho que tuvo lugar en una ruta hacia la zona de Morales como una manifestación novedosa del crimen organizado.

Desde luego, sin que sea el caso, el que haya tenido lugar un asalto a bordo de una unidad del transporte urbano ahora sí debe servir como un argumento sólido para obligar a los permisionarios a que instalen cámaras de video  en los autobuses como medida de protección de los usuarios como condición para que sigan trabajando pues si bien hace tiempo se puso sobre la mesa la necesidad de que se sometiera a vigilancia a base de cámaras de circuito cerrado la intención se estrelló ante las sempiternas quejas de los concesionarios respecto de que les resultaba caro instalarlas con lo que tuvieron las autoridades para dejarlos en paz.

Durante décadas los camiones urbanos constituyeron el campo de acción de carteristas y raterillos al acecho de descuidos de usuarios para robarles lo que podían lo que, como es bien sabido tenía lugar con la complicidad de la policía que los tenía “trabajando” bajo cuota tanto en las unidades al igual que en sitios concurridos como la central camionera vieja y demás de donde muchos jefes policiacos de la vieja guardia sacaron para comprar casas y ranchos lo que era un secreto a voces.

Si bien, ese viejo esquema en ocasiones se veía alterado por pleitos entre ladrones y víctimas que los sorprendían no pasa de que raras veces se apresara al ladrón para que en poco tiempo quedara libre y se reintegrara a su “trabajo”.

Sin embargo, el que de ahí se salte a los asaltos directos como sucedió a bordo de un camión por el rumbo de Morales donde unos sujetos con arma blanca en mano asaltaron a unos pasajeros ya es otro cantar pues por el modus operandi de los asaltantes es evidente que aplicaron un esquema cotidianamente registrado en el transporte público de la capital del país es un indicativo claro que asaltantes foráneos ya mostraron su tarjeta de presentación, lo que hace necesario que las autoridades actúen rápido en la toma de medidas como podrían ser las cámaras de vigilancia pues no es de dudarse que en cualquier momento se trate de repetir atentaos de ese tipo y más porque entre la confusión del resto de los pasajeros, los asaltantes pudieron huir, además de que, como el ejemplo cunde por la indignación ciudadana no se dude como ya se empezó a advertir a través de las redes sociales que ante otro atraco surja la versión potosina del ya famoso “justiciero” que en la ruta México- Toluca ultimó a balazos a cuatro asaltantes cuando se disponían a huir después de atracarlos, pero algo debe hacerse, y pronto, ante la llegada de asaltos estilo CDMX

CABOS SUELTOS

 

A ver si los apasionados polemistas sobre las elecciones presidenciales de los Estados Unidos siquiera se presentan a votar en los procesos electorales locales del 2018