Una vez pasada la vorágine electoral de Estados Unidos, quedan las consecuencias de las decisiones ciudadanas que están descolocando los mercados financieros de todo el mundo, que le han pegado a la moneda mexicana con más fuerza que todas las crisis de los últimos 20 años y que ponen en riesgo todos los tratados internacionales del Gran Hermano Mayor con el resto de los países del mundo.
Este miércoles los mexicanos amanecimos con una depreciación de la moneda nacional de alrededor de 13 por ciento, la peor en términos porcentuales de los últimos 25 años. No es, con todo lo que esto significa, el peor de los problemas. La promesa de Donald Trump de romper los tratados comerciales que tiene con México coloca a los mexicanos este miércoles, en el peor de los escenarios posibles.
Confiados en nuestros mejores deseos, los mexicanos y particularmente los potosinos, nos negamos a considerar siquiera la posibilidad de que ganara el candidato republicano y aunque el gobierno de la República asegura que tomó las previsiones para soportar el impacto de esta eventualidad, el desplome del precio de la moneda es el primer botón de la muestra.
El triunfo del republicano Donald Trump cambia en menos de 12 horas el panorama político, financiero y económico de México.
¿Esto dónde deja a San Luis Potosí? Porque Donald Trump amenazó directamente al Estado por el caso de la Ford Motor Company. Colocados en el peor escenario posible, habremos de ver en las próximas semanas cuánto de las amenazas se harán realidad y cuánto es lo que México y el mundo tendremos que soportar.
El desplome de los mercados bursátiles no es sino el principio de una de las tragedias más temidas por el mundo moderno, pero poco visualizado y menos valorado aún por los Milenials que hoy debieron rescatar al mundo de lo que ya al término del conteo de votos era considerado ya la peor pesadilla de la humanidad: el derrumbe del sistema financiero que ha dado vida a la civilización moderna.
