Pedro Félix Gutiérrez Turrubiartes. | 02/11/2016 | 01:08
“La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre toda la gente acaba siendo calavera”, esto decía José Guadalupe Posada, nacido aquí “cerquita”, en el famoso barrio de san marcos de la ciudad de Aguascalientes.
Su genialidad litográfica, da sentido a una visión del nacionalismo cultural mexicano. Cancioneros, leyendas, almanaques contienen su obra sus bocetos satíricos contra los políticos de la época y los cientos de grabados en las “hojas sueltas” que Venegas Arroyo imprimió.
Su gran sentido humorístico, sus retratos de la vida cotidiana y su extraordinaria imaginación nos legaron a “la catrina”, a “la calaca” a la muerte ciriqui y ciaca. En una impresionante producción litográfica.
Si usted viene por acá a la “tierra de la gente buena” que es Aguascalientes, la ciudad que se hizo por un beso, encontrará su museo por el templo del encino.
Por 1920, el obregonismo llevo a la secretaría de educación pública a quien había sido secretario de Madero, José Vasconcelos. Quién armo una verdadera revolución educativa con libros, escuelas, y en la cultura y el arte. Frente una azorada y analfabeta población que venía de la guerra.
Este a su vez decía que “el conocimiento era solo una de las representaciones de la realidad” había leído a Lunacharshi, primer comisario de la Rusia que nace en 1917.Según datos de Emanuel Carballo, extraordinario crítico literario mexicano- ya difunto-.
El muralismo mexicano, o la escuela mexicana de pintura como se le consideró después, y que es creado e impulsado en un momento social de nuestra historia entre esas pulsiones sociales de incertidumbre, convulsión y sangre, retomo a posada por la vía de Diego Rivera.
De ahí que junto con José María Velazco, monumental paisajista del siglo XIX, Y Saturnino Herrán de Aguascalientes También y cuya madre suiza-francesa y padre librero lo llevaron a México a estudiar dejándolo en manos de Germán Gedovius, Hijo de los primeros alemanes establecidos en San Luis Potosí.
Así pues, hoy estamos enterados de que el arte mexicano se instalará en el museo del arte de Filadelfia en los Estados Unidos en una mega-exposición que llevará más de doscientas ochenta piezas, entre fotografías, libros, pinturas, bocetos de murales de colecciones públicas y privadas que mostrarán la vanguardia del arte mundial que conformo esta época de México.
Por supuesto que ahí estarán el Dr. Atl, Diego Rivera, Frida, Orozco, Siqueiros, María Izquierdo, representando la evolución de la plástica mexicana y promoviendo nuestra riqueza cultural ante innumerables grupos de latinos y mexicanos en lo particular que habitan allá.
¿Viene la muerte cantando?, si pero no solo por este lado. El xantolo, es la otra representación de nuestra ancestral cultura de las etnias indígenas, que a partir de la gastronomía nos recuerda Martín Mendoza.
La unión sagrada entre vivos y muertos- unos más que otros- diría el ingenio popular. Ceremonias de Danzas, música, velas rezos y alabanzas que inician entre los Tenek y los Nahuatl, desde el mes de junio de cada año con la siembra de la flor de los cuatrocientos pétalos.
Y que ahora se conjuga con algunas variantes para recibir y despedir a los que “ya no están “con devoción y alimentos; tamales, moles y caldos, de guajolotes, gallinas y cerdos. Entre moliendas de chocolate, mezcal curado con ajo y juegos pirotécnicos. La fiesta de la muerte.
Vinculadas las dos tesis catrinas e indígenas se muestran en afilados versos, en altares y ceremonias, en panteones, con danzas y mitos y recuerdos.
El muralismo “esos monotes” en palacio nacional, educación publica, la escuela nacional preparatoria, en san Ildefonso – de enormes proporciones- que representan y simbolizan el mundo indígena y la historia del pueblo mexicano, ahí está entre un mundo de muertos, más vivo que nunca.
Las huellas de este movimiento en San Luis Potosí son de Fernando Leal, “La protección de la virgen”, a la orden dominica en la iglesia de San Juan de Dios. La danza de xochiquetzal, una representación del teatro popular español, y el conocido también como el flaco y la gorda en el teatro de la paz.
Se cuenta de él que un día llego al amanecer después de tremenda parranda a su taller en el ahora museo del ferrocarril dónde están sus dos obras “el triunfo de la maquina” y la historia de la locomotora. Le dijo a su ayudante que lo esperaba: ¡despiérteme temprano sin falta, ¡ pues ya es de día- le contestó. ¡Pues despiérteme tarugo!
Porque morir es como dormir. /La muerte es hermana del sueño. /el sueño es una muerte corta/la muerte es un sueño largo.
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