Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Editorial

Plano Informativo | 19/10/2016 | 01:08

Resulta inexplicable que las zonas de la ciudad que debieran relucir de limpias y ordenadas sean las que mayor foco de contaminación representan. Los enfermos y sus familiares deben caminar entre la basura y los insalubres puestos de comida que pululan en las inmediaciones de todos los centros hospitalarios públicos de la capital del Estado.

Son calles y banquetas que técnicamente están bajo la administración de la dirección de Comercio, sin embargo hasta la fecha no ha habido poder humano que logre erradicar la venta de comida y los focos de infección que estos puestos producen, en los alrededores de los hospitales.

Quizá porque en los centros hospitalarios públicos no existen los comedores y cafeterías que sí hay en las instituciones privadas. Y si los hay, los precios son prohibitivos, de tal suerte que los familiares de los enfermos prefieren recurrir a los puestos callejeros que hay alrededor de los hospitales para satisfacer sus necesidades alimenticias.

Sea cual sea la razón por la que los usuarios de los servicios de salud en el Estado acuden a adquirir sus alimentos en estos puestos callejeros, lo cierto es que ni la Comisión Estatal para Prevenir Riesgos Sanitarios (Coepris) ni las autoridades municipales han movido un dedo para eliminar estos focos de contaminación que tienen años poniendo en riesgo no sólo la salud de los potosinos, sino también su integridad física, pues en su afán de proporcionar comodidades a sus clientes, los vendedores ambulantes invaden las banquetas con bancos y más de una vez, con mesas y sillas, obligando a los transeúntes a bajar de la banqueta y arriesgarse en el arroyo vehicular cuando se tiene la necesidad de transitar por esas zonas.

VISITANTES ASIDUOS…

Si de por sí las bacterias suelen acumularse en las superficies de los muebles de hospital, según dijo la doctora Mónica Liliana Rangel Sánchez, titular de los Servicios de Salud en el Estado durante su comparecencia ante los integrantes de la LXI Legislatura, formando colonias que se han ido haciendo resistentes a los productos conocidos, la suma de la insalubridad que a ojos vista se encuentra a las puertas de todas las instituciones hospitalarias públicas de la capital potosina, no es difícil deducir el caldo de cultivo bacteriológico que son, específicamente, las entradas de estos hospitales, sin que alguien haya instrumentado algún sistema para evitar que los usuarios hospitalarios se contagien de algún tipo de enfermedad que pueda poner en peligro su integridad física.

Así pues, si usted, amigo lector, regresa de una visita a su servicio médico y descubre que de ahí se trajo a casa alguna bacteria Acinetobacter baumannii, no se preocupe, busque atención médica, eso sí, pero tenga la seguridad de que no es una bacteria desconocida, sino habitante común de los hospitales potosinos.

¿Esto tendría que darnos algún grado de tranquilidad?

Ciertamente no, porque lo único que puede tranquilizar a un enfermo o a sus familiares es la certeza de que la enfermedad que los ha llevado hasta el hospital, será tratada conforme a las más estrictas medidas de higiene y seguridad.

Así que si los focos de infección se encuentran en las mismas puertas de los hospitales, mal puede esperarse que las medidas de higiene dentro de las instituciones, sean suficientes para

contrarrestar el efecto de estos focos de infección.


FRANCISCO JAVIER ROSALES HERNÁNDEZ