Editorial

Los presidentes municipales se están negando a hablar de proyectos de seguridad para 2017 debido a que se dio a conocer que los recursos que cada año reciben del Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg), se reducirán drásticamente, lo que significaría un duro golpe para las finanzas municipales que de por sí cuentan con poca o muy poca recaudación propia.

Si bien es cierto que en la Federación existe la necesidad de reducir los gastos en un esfuerzo por despetrolizar la economía nacional y no sólo por la inestabilidad del precio del crudo, también es cierto que estados y municipios no se encuentran preparados para independizarse económicamente del gobierno federal, así que por ahora los municipios, principalmente, se encuentran en ascuas ante la posibilidad de dejar de percibir la importante cantidad de recursos para seguridad que pretenden recortarles.

No es una situación fácil para ninguno de los órganos de gobierno, pero es mucho menos fácil para los ciudadanos que ya tienen que pagar una importante cantidad por concepto de gravámenes diversos, además de los que ya incluyen los productos de consumo.

¿Hasta dónde serán capaces de apretarse el cinturón las autoridades de todos los órdenes de gobierno?

Pero más importante aún ¿hasta dónde serán capaces de sacrificar a sus gobernados en este tiempo de vacas flacas?

Posponer proyectos, obras y acciones es algo que deberá hacerse, también en todos los niveles, porque la cobija no alcanzará para todos los proyectos que se plantearon en tiempos de bonanza. Priorizar estas obras será lo más difícil para los gobernantes y sus equipos de trabajo, sobre todo a nivel municipal, que es donde más duro pegarán los recortes por más que algunos diputados aseguren que nada está escrito aún y que bien podría ser el Fortaseg uno de los proyectos que se salven del recorte, pero son buenos deseos, porque la propuesta es recortar, lo que queda a los legisladores federales es cabildear para tratar de rescatar lo mejor que puedan para sus propios territorios.

MÁS DESCALABROS...

El Fondo Metropolitano es otro de los rubros que serán recortados y para esta cartera sí se ha dicho cuánto esperan dejar de entregar a los municipios: 70 por ciento.

Esto significa que de cada 100 pesos que recibieron en 2016, sólo les entregarán 30 en el 2017.

Una muy muy mala noticia para los alcaldes que enfrentan su segundo año de gestión y que tenían la esperanza de hacer grandes y vistosas obras que les permitieran aspirar a la reelección.

Pero en estos tiempos difíciles de la economía globalizada no queda más que apretarse bien cortito el cinturón y esperar que las autoridades hagan lo mismo para poder sortear esta etapa.

Habrá que dejar de soñar en que las autoridades municipales embellecerán la ciudad y terminarán con los baches. O que repararán las redes de drenaje y agua potable. Mucho menos podremos esperar que le pongan un alto al inoperante organismo Intermunicipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento.

Será un largo año de esperas, de confiar en las labores de cabildeo de los diputados federales con la esperanza de que logren bajar recursos suficientes para salir adelante con algunos temas prioritarios.

FRANCISCO JAVIER ROSALES HERNÁNDEZ