Editorial

El alcalde de Villa de Reyes,  no se ha dormido en sus laureles y la llegada de nuevos capitales, además de las armadoras, a su territorio, parece haberle inyectado una energía que no parecía que tuviera pero lo que sí tiene y es evidente,  porque este miércoles anunció que en el gobierno municipal que encabeza están trabajando YA  en la elaboración de un proyecto al que denominó Universidad Automotriz y que tiene como propósito preparar la mano de obra que las armadoras, la llantera y sus proveedores necesitarán a partir de 2018.

Es decir que está justo a tiempo de empezar con este proyecto para que empiece a dar frutos al mismo tiempo en que las armadoras y sus proveedores requerirán mano de obra calificada.

 La presentación del proyecto inicial al gobierno del estado se sabe se le hizo también ya a  las armadoras mismas que han visto con buenos ojos esta iniciativa que reducirá considerablemente los costos de capacitación, sí, pero también los costos de transporte de los trabajadores, porque si los empleados viven prácticamente al lado de las armadoras, los tiempos de traslado serán reducidos y eso redundará en mejoras para los procesos de producción.

Es bien sabido por todos los empresarios, pero por los dueños de estas grandes armadoras mucho más, que empleados contentos y con tiempo para convivir con sus familias rinden más que aquellos que emplean horas de traslado quitándole así tiempo para su vida personal y sus deberes familiares.

El municipio con mayor desarrollo industrial en América Latina está respondiendo a los retos de la industrialización como pocos esperaban que lo hicieran: subiéndose al dorado corcel del desarrollo y buscando el liderazgo de un proceso que la suerte ha llevado hasta sus puertas.

Ahora resta esperar para ver quién o quiénes se sumarán a este proceso y si la ampliación de la zona metropolitana funciona para llevar desarrollo a los municipios que se están quedando rezagados pero que, está visto, también tienen hambre de triunfo y de crecimiento.

COSTOSAS OBRAS...

San Luis Potosí necesita alrededor de 203 millones de pesos para poner en orden el complejo de embalses que no sólo abastecerán de agua a la capital potosina sino que además coadyuvaran en el control de escurrimientos para terminar de una vez con los encharcamientos que dejan a la ciudad incomunicada durante la época de lluvias.

De las presas que están a la espera de recursos para su rehabilitación, la más urgente sigue siendo La San Antonio, ubicada en la Sierra de San Miguelito, apenas por arriba de la Zona Industrial y que, construida sobre el arroyo del mismo nombre, tiene como función primordial la contención de los escurrimientos para que no lleguen hasta la Zona Industrial.

Las serias fallas que presenta su estructura hacen más que urgente su rehabilitación ya que en caso de no hacerlo se puede  sufrir una de las peores catástrofes en la historia potosina, si todos esos escurrimientos llegan de golpe hasta la Zona Industrial.

Luego de la San Antonio hay otras igualmente urgentes pero menos riesgosas, al menos por ahora, razón por la que es gratificante saber que la Comisión Nacional del Agua ya tiene considerados estos trabajos dentro del presupuesto para el 2017.

FRANCISCO JAVIER ROSALES HERNÁNDEZ