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Miguel Ángel Guerrero | 14/09/2016 | 01:29

Las obras del metrobús que se realizan sobre la avenida Industrias no es que se estén politizando como dice el titular de la seduvop Leopoldo Stevens Amaro sino que simplemente están generando los naturales temores por las consecuencias y rebotes que ocasiona entre los habitantes del rumbo que podrán ser atajados o contenidos en la medida en que los trabajos avancen conforme los plazos fijados en el proyecto a fin de que no se conviertan como muchas lo han sido los últimos años en otra obra interminable que han llevado a centenares de negocios al cierre o a la quiebra.

Desde luego, tiene razón el funcionario cuando habla de politización de la misma pues las quejas de los vecinos por los efectos que causará representan una magnífica oportunidad para aquellos opositores oportunistas que están a la caza de cualquier inconformidad ciudadana para  usarlas como plataforma de sus críticas al gobierno y así atraer los reflectores mediáticos hacia ellos lo que la dependencia podría neutralizar concertando acuerdos y el compromiso de los constructores con los vecinos y dueños de negocios de la vía respecto de que habrá puntualidad en las etapas de construcción de las obras marcadas en el proyecto porque, de otro modo será muy complicado que evite las consabidas muestras de inconformidad en caso de registrarse retrasos ni que político hambrientos de atención se cuelguen del tema para hacerse notar sin contar de los nunca ausentes “líderes sociales” que tratan de encabezar a los inconformes a la espera de algún cobro en efectivo a las autoridades a cambio de salir del escenario.

Lamentablemente para Stevens Amaro hay ejemplo y antecedentes de sobra que avalan las quejas en ese sentido como pudo verse en la regeneración de la avenida Pedro moreno de sello labastidista que por la tardanza en concluirse dio lugar a que decenas de negocios de diversos rubros cerraran por quiebra como también pasó en la acción torancista de rehabilitación de Muñoz cuya tardanza y por errores del proyecto provocó que decenas de familias perdieran su patrimonio al verse obligados a cerrar sus negocios por falta de clientela o acceso a los mismos.

Entre las obras interminables más recientes puede inscribirse la regeneración de la calle Álvaro Obregón que se concluyó poco más de un año después del plazo establecido en el proyecto y de cuyos perjuicios durante todo ese más de un año dieron cuenta los comerciantes del rumbo y los medios de comunicación que recogieron sus inconformidades hasta que quedara la espléndida vía que ya es actualmente.

En cuanto a las obras del metrobús se refiere queda claro que es necesario articular a los vecinos al interés e importancia que representará para una mayor eficiencia en la movilidad metropolitana a fin de que sumen su apoyo pero, más que nada comprometiéndose a que las etapas de los trabajos se cubrirán con puntualidad y de alguna manera ver la forma de facilitar a los dueños de negocios el acceso de sus respectivas clientelas con soluciones generales como propiciando que puedan estacionarse cerca pues es natural que cualquiera que vea amenazado su patrimonio vea la forma de manifestar su inconformidad.

En lo que hace a los oportunistas que se dedican a cachar oportunidades como esa para hacerse notar a Stevens no le queda otra más que dejar que se le resbalen y enfocar su atención básicamente a darles todas las aclaraciones posibles a los realmente afectados como son los vecinos y dueños de negocios y más que nada, garantizándoles que no será otra obra interminable a las que parecía que los potosinos ya nos estábamos acostumbrando