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Editorial

Plano Informativo | 24/08/2016 | 02:10

ATLAS OBSOLETO…
 
Aunque el Atlas de Riesgo elaborado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en coordinación con la Sedesol, el Instituto de Prevención de Riesgos en los Asentamientos Humanos y el Instituto de Geología es un magnífico documento, tiene el inconveniente de haber sido elaborado hace ya cinco años, tiempo durante el que la ciudad no ha dejado de crecer y por tanto, los problemas enumerados en el estudio crecieron junto con la capital potosina.
 
En ese tiempo, según los autores de este Atlas de Riesgo, las zonas más propensas a inundaciones eran las colonias Aguaje 2000, Fraccionamiento San Miguel, Industrial San Luis, Progreso, Revolución, Arbolitos, Colorines, Flores Magón, Constituyentes, Prados Satélite, Tepeyac, Satélite, Salk, Juan Sarabia, Las Pilitas, San Leonel y Nuevo Progreso que se encuentran al sur de la ciudad, además de la Zona Industrial.
 
Aunque sobre las causas de estos problemas se han escrito muchos artículos y respecto de estos problemas y sus causas podrían escribirse tratados completos, lo importante hoy no es sólo saber qué zonas de la ciudad son propensas a inundaciones, sino buscar solución a estas complejas dificultades que ponen en riesgo cada temporada de lluvias, a cientos de familias que quedan a merced de la naturaleza.
 
NO SERÁ BARATO…
 
El costo de las obras para resolver esta problemática no es bajo, entre otras cosas porque habrá que buscarse primero un buen proyecto que realmente sea sustentable y factible de llevar a cabo. Este tipo de proyectos, para empezar, debe ser elaborado por especialistas que conozcan del tema, que conozcan la zona y que además estén bien plantados en la realidad.
 
¿Qué significa esto? Que quien sea que elabore este proyecto deberá ser un especialista en el campo en cuestión, no sólo investigadores de escritorio que planteen trabajos ideales que jamás podrán llevarse a cabo en una ciudad que ya está construida y habitada.
 
Hoy el problema es cómo aprovechar el agua pluvial que no está entrando al acuífero subterráneo y que sí en cambio está provocando serios problemas no sólo a los habitantes de la capital potosina sino a la ciudad misma, a sus calles y construcciones, su infraestructura básica.
 
Según el Atlas de Riesgo que se encuentra en la página web del gobierno de la ciudad, la precipitación media anual en la cuenca del Valle de San Luis es de 554 y 338 mm para los municipios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez en la temporada alta, que es de junio a septiembre.
 
DESPERDICIO…
 
La mayoría, si no es que toda el agua pluvial, se desperdicia debido a la falta de zonas de recarga del acuífero, ya que las zonas naturales fueron bloqueadas con toneladas de concreto, lo que ocasiona que al no encontrar por dónde filtrarse al subsuelo, el agua de lluvia corra velozmente por esas calles pavimentadas hasta las zonas naturales de almacenamiento, pero como también estas zonas ya están urbanizadas, lo que ocurre es que se inundan y los colectores pluviales que existen en la ciudad no tienen tampoco una zona de descarga al acuífero sino que desembocan en el río Santiago y eso sólo significa que es agua que se tira al drenaje sin haber sido utilizada por el hombre.
 
Así pues, una solución sencilla no habrá, tampoco barata, pero sí debe plantearse la necesidad de darle utilidad a las aguas pluviales antes de que lleguen a las zonas naturales de almacenamiento.
 
FRANCISCO JAVIER ROSALES HERNÁNDEZ