Los proyectos anunciados recientemente por el ayuntamiento de la capital parecen muy atractivos, necesarios y sobre todo, factibles, pero en un panorama ideal.
La economía nacional, como la de todos los países del mundo en este momento, no es pujante y aunque los proyectos municipales tienen el peso de la necesidad sentida, deberá reconocerse que no entran en el plano de lo urgente, que hoy por hoy es lo que hace la diferencia entre el apoyo o rechazo de la Federación.
Los recortes presupuestales, derivados de las condiciones económicas internacionales y algunas variables macro económicas, continuarán probablemente un año más, si bien nos va, razón por la que no se puede confiar en proyectos que estarían fincados en recursos federales.
Cuando se habla de construir un acuaférico que lleve agua al 100 por ciento de los hogares de la capital potosina al tiempo que nace una pequeña esperanza entre los ciudadanos entra también la duda sobre las posibilidades reales que existen para llevarlo a cabo.
Sobre todo cuando se aclara que se buscará bajar recursos de la Federación para llevarlo a cabo.
Buscar alternativas de financiamiento fuera de la Federación significaría endeudar las arcas municipales, aunque si el proyecto ejecutivo está bien realizado, tal vez los legisladores podrían aceptar incrementar esta deuda que ya es enorme.
Pero si, como parece, se pretende incluir en este proyecto a los municipios que conforman la llamada Zona Metropolitana, habría que reconsiderar tal endeudamiento, porque ni Soledad de Graciano Sánchez ni Cerro de San Pedro cuentan con los recursos para participar en igualdad de condiciones en una obra de tal magnitud.
UN MAL NEGOCIO...
Asociarse para grandes empresas con entidades que no tienen un nivel socio-económico parecido al del municipio de la capital suena a una invitación al desastre.
Por otra parte, está el proyecto del Tranvía, anunciado este miércoles por el director de Desarrollo Económico del municipio, Marco Solís Cámara Alvarado, que correría del noreste de la capital potosina hasta la Zona Industrial.
En otros tiempos podría haber sido considerado un magnífico proyecto, pero no en la actualidad porque los peros son muchos.
También para este proyecto se buscará bajar recursos de la Federación, y quieren que este mismo año se ponga en marcha, como si quisieran competir con el proyecto estatal del Metrobús que tardará dos años en estar terminado y en funcionamiento.
¿Habrán buscado, antes de lanzarse con este proyecto, las razones por las que los tranvías dejaron de usarse en el país hace tanto tiempo?
Y no se trata de descalificar a priori los proyectos municipales, sino de ubicarnos en la realidad que se vive no sólo en San Luis Potosí, sino en el país y de hecho a nivel mundial. Porque las condiciones económicas de un país ya no son dictadas sólo por las políticas económicas dictadas desde sus gobiernos centrales. Hoy la economía se rige por indicadores macro económicos que dependen de comportamientos que la mayoría de los ciudadanos no entendemos, pero que sí resentimos en el comportamiento micro económico.
Faltaría ver de dónde saldrán los recursos para la universidad y el resto de los proyectos que como de pasada ha mencionado el ayuntamiento. Porque éstos no son tiempos de ocurrencias sino de trabajo. Y para trabajar, se hace con lo que se tiene en las manos, no en la imaginación.
FRANCISCO JAVIER ROSALES HERNÁNDEZ
