Ventana Política

En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar.

Sir Francis Bacon

En la segunda mitad del siglo XX los fuereños que llegaban a San Luis Potosí solían quedarse a vivir en la ciudad, seducidos por el airecillo de provincia que hacía de la capital potosina uno de los lugares más bellos para establecerse y ver crecer a los hijos.

Era tal el éxito del estilo colonial de la Ciudad de los Jardines que por disposición municipal los edificios del primer cuadro que no estuvieran recubiertos de cantera debían pintarse de un color ocre muy tenue que combinara con el rosa añejo de la cantera y las lámparas debían combinar también con el estilo colonial.

Esta hermosura maravillaba a los visitantes que tradicionalmente acudían en la temporada de turismo religioso y que abarrotaban la ruta de la Procesión del Silencio. ¿Quién no recuerda aquellas plazas con aroma de manzanilla y cera y a los cientos de visitantes orando, a veces sentados en las banquetas, un Jueves Santo?

O aquellas magníficas ceremonias cívicas del 15 de septiembre y el 20 de noviembre, que culminaban en verbenas en las que se podía convivir con los mandatarios en turno que bajaban a darse un baño de pueblo, comiendo en alguno de los puestos de antojitos tradicionales que se instalaban en la Plazoleta de Los Fundadores.

Eran otros tiempos, otro estilo de gobernar, otra forma de vivir.

Los años abrieron una brecha muy grande entre los ciudadanos y sus autoridades. La desconfianza llegó para quedarse y hoy todo lo que hacen los gobernantes es considerado sospechoso.

Sin importar el gobierno del que hayan emanado, los gobernantes tienen que probarle a la gente que no quieren perjudicarlos. Esto es aún más complicado cuando todo el discurso del gobernante (que además ha iniciado su campaña por la reelección con más de un año de anticipación) está sustentado en lo que hicieron mal sus antecesores.

Claro que esta clase de discursos les da la oportunidad de justificar la falta de resultados reales, porque como tienen que empezar todo, retroceder los 400 y tantos años que han pasado desde la fundación del municipio, los dineros no alcanzan y la voluntad tampoco.

¿Cuántos municipios potosinos se encuentran hoy en estas circunstancias?

Para estos asentamientos la alternancia no ha significado un cambio positivo ni un proceso evolutivo que mejore las condiciones de vida de los lugareños. Ha representado en cambio, un pretexto para el estancamiento y el rasgarse las vestiduras denunciando que deshacer lo que los anteriores hicieron mal ha salido muy caro y por tanto el dinero no alcanzará para hacerlo bien, como debe ser.

Pero además, estos "gobiernos del cambio" tienen una desagradable característica: son autocráticos.

Pero ¿qué significa autocrático? La palabra autocracia proviene del griego para el cual el término autos significa "uno mismo" y kratos significa "gobierno". Esto nos da a entender que la autocracia es el gobierno de uno solo.

Y así es. Si los ciudadanos estábamos cansados de las actitudes prepotentes, majaderas, incongruentes de los "gobiernos de siempre", he aquí que con los "gobiernos del cambio" nos salió más caro el caldo que las albóndigas y en verdad que lo estamos pagando muy caro.

Pero la verdadera mala noticia es que ¡podrán reelegirse!

Así que en un descuido ciudadano, estos reyezuelos venidos a más podrían no durar los tres años para los que fueron electos, sino que podrían durar dos trienios reeligiéndose.

Es claro que en estos otros tres años tampoco les alcanzará el dinero, ni el que recauden por el montón de cosas que hoy están cobrando ni el que envía la Federación a sus feudos o municipios.

En fin, que todo es una danza de dineros y cuando no salen estos dineros de los recursos de la Federación salen de los bolsillos de los ciudadanos.

Qué linda es la alternancia... cuando se da en la casa de al lado, porque eso de que lleguen en plan de semidioses sólo complica la vida de los municipios, rompe la continuidad de los proyectos y desecha sin mayor preocupación los recursos que vaya usted a saber cuánto tiempo y cabildeo se requirió para conseguirlos.

Para cuando se den cuenta estos gobernantes de que están haciendo mal las cosas ya nadie querrá votar por ellos y eso pondría en riesgo su reelección, es decir, dentro de un año empezarán a ver que nadie los quiere, pero ya para entonces se habrán perdido cientos de miles de millones de pesos negociados por anteriores administraciones.

Será ese el momento en que nuestros impuestos empiecen a trabajar... en favor de la reelección de los "gobiernos de la alternancia" que repartirán despensas, agua embotellada, útiles escolares, ayuda para viejitos, todo con cargo al erario.

Falta un año aún para que se den las elecciones internas en los partidos políticos rumbo a los cambios de alcaldías, diputados locales y federales y senadores. Doce meses aún y ya los "gobiernos de la alternancia" empezaron sus campañas por la reelección, y ciertamente no son campañas internas las que están haciendo.

Y luego se preguntan por qué los ciudadanos no quieren más a los partidos políticos. ¿Cómo quererlos si no son capaces de ponerle freno a los gobernantes emanados de sus filas?

Ellos crearon esos monstruos... que sean ellos los que los controlen y además paguen por sus excesos, porque hoy por hoy quien paga es la ciudadanía.

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