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Kiosko

Miguel Ángel Guerrero | 22/07/2016 | 00:49

Ahora que lamentablemente, la ciudad ha vuelto a ser escenario de marchas y protestas públicas expresiones que inevitablemente vienen a trastornar la vida cotidiana de los potosinos algunos columnistas de medios nacionales como Gerardo Galarza que escribe “La Estación” en el periódico Excélsior que en los días del levantamiento navista por el fraude electoral atribuido a Fausto Zapata en 1991 como corresponsal de la revista Proceso vivió las grandes manifestaciones de protesta encabezadas por el doctor Salvador Nava de las que en su columna La Estación del domingo  recuerda partes medulares de la lucha navista y expone la forma que  se realizaban lo que debería ser un modelo a seguir de los grupos y organizaciones que han ajustado sus demandas a las autoridades a realizar marchas y plantones sin importar que la vida de terceros se desquicie

De lo que plantea en su entrega dominical en el periódico de la vida nacional al sostener en esa entrega que reproducimos por su relación con el pasado reciente potosino así como por el reconocimiento que mereció el cuidado de Nava porque no se desbordaran ni se salieran de control.

REPASO BREVE A LA LUCHA NAVISTA

Así lo recuerda Galarza: “El doctor Salvador Nava estuvo preso en la cárcel de Lecumberri; a él también le negaron los dineros federales que le correspondían como alcalde de San Luis Potosí y consiguió reformar el artículo 115 constitucional para garantizar realmente el municipio libre, a unos 70 años luego de que se plasmara en la Constitución. En sus más de 30 años de lucha, protesta y resistencia políticas, el doctor Nava siempre buscó no afectar los derechos de ningún ciudadano, incluidos los que estaban en contra de él y seguramente lo detestaban.

Así doblegó, por ejemplo y nada más para que conste, a presidentes como Carlos Salinas de Gortari, el mayor demonio de la política nacional si se hace caso de los comentarios presuntamente de los ciudadanos. De ese tamaño. Nava sabía lo que hacía. También sabía que no tenía ninguna cola que alguien le pudiera pisar. Nunca recibió privilegio alguno ni dinero que no hubiera ganado en ejercicio de su profesión, la de médico de pueblo.

En 1991, luego del fraude electoral contra su candidatura a gobernador, Nava encabezó multitudinarios mítines de protesta, plantones y marchas. Buscó no afectar directamente a ningún otro ciudadano. Sus actos de protesta y resistencia se circunscribieron a las plazas o calles en los que fueron convocados. Sus bloqueos fueron programados por horas y así anunciados. Sus seguidoras tomaron el kiosco de la Plaza de Armas de la capital potosina, que se llenó de mantas y pancartas. Y sólo ese espacio estaba ocupado: todos podían circular por esa plaza y hasta disfrutar del oficial Grito del 15 de septiembre, sin más molestia que la de ver y saber que ahí había una protesta.

Esas mismas mujeres decidieron plantarse en la entrada principal del Palacio de Gobierno, luego de que Salinas de Gortari decidió consumar el fraude electoral, por el que Fausto Zapata sería gobernador de San Luis Potosí. Todavía hoy viven muchos de quienes vivimos esas jornadas, de un lado y del otro, y de quienes informábamos. No hay probabilidad de mentiras, aunque sí de acomodos.

Las mujeres navistas, entre ellas la esposa del líder, ahí plantadas a nadie le impidieron la entrada. Quien quiso entrar, entró. Sólo había que cruzar ese plantón. Lo hicieron muchos burócratas. Pero a Zapata se le ocurrió entrar protegido por sus guaruras y simpatizantes, quienes golpearon y vejaron a las plantadas. Ese día echó su suerte.

Mientras, el doctor Nava caminaba por la carretera federal 57 rumbo a la Ciudad de México, acompañado apenas por unos 70 fieles. Nunca interrumpieron el tránsito. Caminaban sólo por un carril. Sabían de lo justo y sólido de su lucha. Salinas de Gortari no resistió que esa Marcha por la Democracia llegara siquiera a Querétaro. Zapata cayó.

El doctor Nava sabía lo que exigía: ningún privilegio para él ni para sus cercanos” Aquí queda el ejemplo para los que organizan marchas cotidianamente en la ciudad por el menor pretexto.

DEL TINTERO

Saludablemente, el tema de la guerra de las pintas ya está pasando a segundo término y tanto la clase política como la gente en general coincide en que hay otras cosas que ameritan más atención como lo denotan el ayuntamiento y el diputado tekmol al bajar el volumen de sus declaraciones Por cuestiones salariales pronto podría haber cambios en la rectoría de una universidad oficial, que no es la UASLP…