Jueves 25 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

A Diestra y Siniestra

Filiberto Juárez Córdoba | 17/07/2016 | 12:56

SI HAY UN LOCO, que no haya dos, nos decía una tía, cuando éramos chamacos y nos aseguraba que esa era una fórmula para no tener problemas, para llevar la fiesta en paz. Pero la abuelita, que era más conocedora de la naturaleza humana intervenía entonces: “tus consejos son buenos y ojalá los tomen en cuenta, pero mejor debes decirles que tienen qué hacer en pueblos como éste donde parece que los locos somos todos”. Luego se retiraba sonriendo al ver que la tía no hallaba qué contestar a su aguda observación.

QUÉ VAMOS A HACER AHORA, viene a la mente la historia, cuándo nos hemos dado cuenta que cuando en política aparece un loco -dicho sea esto con todo respeto a los locos naturales, de verdad pues- y los demás, en lugar de dejar que sea él solo, únicamente él el loco, deciden emularlo e incluso superarlo. Una observación  lingüística al margen, emular significa imitar, no viene de mula o de hacerle al mula, aunque para el caso pareciera ser lo mismo, pero causando daño, por el símil, a la reputación de las acémilas o mulas, que son animales nobles y de mucha utilidad para el hombre por su capacidad de trabajo. El caso es que una nueva ocurrencia o puntada del diputado José Luis Romero Calzada, lo llevó a blanquear la barda del panteón del Saucito, que había sido pintada de amarillo, para borrar también la leyenda: “Gobernando con gallardía”. Según el diputado para atender muchas peticiones de ciudadanos inconformes por el significado político de ese color y por la respetabilidad que deben tener esas bardas, sobre todo por lo que representa un panteón para la población.

SEGÚN UNA VERSIÓN, iniciada su labor de pintor de brocha gorda, acompañado de varias personas, José Luis Romero Calzada fue abordado por un funcionario municipal, al parecer Adrián Tercero Nava, quien lo invitó a dialogar y le pidió que no siguiera con su labor. Romero Calzada, dicen, aceptó pero anunciando que seguiría haciendo lo que se necesitara para que la barda recobrara su color normal y adecuado, sin tintes políticos de por medio. La gente del controvertido diputado se retiró. Cuando parecía que, como dicen los chavos, que ambos bandos habían dicho “ahí muere”, llegó el grupo que increpó al diputado, lo hueveó y le gritó cosas. Como es público, José Luis Romero,  salió como pudo y literalmente huyó de la turba que había cercado su carro.

EN ESE EPISODIO hubo elementos para que el grupo gallardista capitalizara a su favor el desplante del diputado pues actuó arbitrariamente, dizque atendiendo peticiones de ciudadanos de un distrito muy diferente al que él representa y atribuyéndose facultades que no son propias del Poder al que pertenece. La hueviza pudo haber pasado como una muestra de repudio popular y después de su huida había elementos suficientes para hacer mofa y escarnio de él en redes sociales y demás medios de comunicación social. El no querer que él y sólo él, fuera el loco de la danza, llevó las cosas a otra dimensión y al controvertido personaje le abrió posibilidades de obtener visos de triunfo en esta contienda.

DE ENTRADA YA EMPEZÓ a recomponer sus relaciones con su partido, después de aquel incidente en el que acusó al delegado Jorge Schiafino, de darles línea para atacar sistemáticamente a su “amigo” Ricardo Gallardo. Ahora él es el que se lanza contra Gallardo y el PRI, ante las reacciones que sufrió, aboga por él y exige garantías y respeto para su persona y propiedades. Efectivamente hay mucha gente que no comparte la idea de saturar de un solo color la ciudad, entendiendo que hay espacios urbanos que deben llevar obligadamente el llamado “amarillo tráfico”, que se usa para guarniciones y señalética de pasos peatonales, pero los demás deben pintarse de acuerdo a otros criterios cromáticos. La inconformidad, sin embargo, no pasa de ser verbal y expresada de boca en boca o en redes sociales, a través de memes sobre todo, a excepción del caso de las Lomas, donde un grupo de vecinas, sin mucho ruido, repintó el rótulo de la entrada a la colonia, cosa que hacen habitualmente cuando lo grafitean.
CUANDO SE VOLVIÓ asunto político y agarró vuelo mediático, fue cuando Romero Calzada decidió meter su cuchara y en lugar de legislar, con una iniciativa de ley para regular la colorimetría del equipamiento urbano por ejemplo, o pedir un punto de acuerdo para exhortar al acalde a no seguir amarillizando toda la ciudad, agarró la brocha y arrasó con él a algunos colaboradores. De la repintada salió pinto y con bonos a la baja, después recobró color y subieron sus bonos, cuando algunos gallardistas que se creen grandes de la protesta aunque sean muy chiquilines, decidieron vengar lo que consideraron una afrenta a su jefe y a su movimiento político, en lugar de darle su exacta dimensión y buscar la forma de capitalizar la imprudencia.

HABÍA UN LOCO y en lugar de tomar providencias para que no hubiera dos, enloquecieron todos, la venganza en contra del diputado se tornó en agresión a sus bienes y a su familia y los que pudieron haber exhibido su falta de madurez se convirtieron en vándalos, pintando y causando daños a su casa y, de pasada, a dos casa vecinas, con  de que la hija del legislador pasó el susto de su vida pues no la dejaron salir. El mayor gravante es que la expedición punitiva la encabezó Rafael Aguilar Fuentes, nada raro en el famoso Chiquilín, pero con la salvedad de que ahora es funcionario municipal en Soledad de Graciano Sánchez y está obligado a guardar la compostura y el decoro que un servidor público debe tener. El ayuntamiento de Soledad de inmediato fijo su postura, aunque el director de Bibliotecas Municipales está de vacaciones, su comportamiento no es aceptable y amerita una investigación administrativa. Ricardo Gallardo, lo menos que puede decirle es: “no me defiendas compadre”. Lo mismo que debe decirle a otros colaboradores que en lugar de ser asesores son azuzores y no muy atinados por cierto, pues lo que podía ser a favor con la reacción desmedida lo convirtieron en contra.

ESTAMOS SEGUROS que en materia de colores Ricardo Gallardo Juárez no tiene obsesión por ninguno en especial y confía en lo que su gente decida en ese renglón. Cuando era alcalde de Soledad, su jefe de servicios municipales, Sergio Desfassiux Cabello, pintó todos los postes y otros elementos de color rosa y lo dejó hacer, aguantando las críticas por el detalle. Ahora le entraron al amarillo aquí, pero en este caso llegó el momento de que le piensen y le moderen si no quieren que les salga más caro el caldo que las albóndigas. Si buscan que los identifiquen con el amarillo, ganando así simpatías para su causa, van a terminar logrando que lo repudien. Ya hay llamados a la cordura de muchos sectores y personajes, los que deben atenderse porque nadie quiere que volvamos a los tiempos en que los debates políticos se hacían a trompadas, entre los militantes de los diversos grupos por supuesto, mientras los jefes se ponían de acuerdo en otros niveles y en otras condiciones.

QUE LE BAJEN AL COLOR y se pongan a atender cosas de mayor importancia. Que dejen de gastar la pólvora en infiernitos, porque la mayor parte de la población de San Lui Potosí es ajena a las discrepancias partidistas y su única ambición es tener buenos o, al menos, regulares servicios públicos, de preferencia pintados sin matices partidistas. NOSOTROS DECIMOS:
Si sigue está situación
La población fastidiada
Les va a decir, con razón
Píntense pa’ la … barda que sea suya.


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