Viernes 19 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Editorial

Francisco Javier Rosales Hernández | 17/07/2016 | 11:38

De algunos años a esta fecha, dejar obras inconclusas parece haberse convertido en uno de los principales y más redituables deportes de las constructoras que aparecen como proveedores de alguno de los órganos de los gobiernos.

Aunque la prueba más vista ha sido la rehabilitación de la calle Álvaro Obregón, que ya tiene 13 meses, lo cierto es que hay otras que tienen más tiempo y que ante la falta de exposición y de interés han ido quedando en el abandono y el olvido a pesar de los millonarios recursos que se han invertido y que ningún beneficio han traído para los potosinos.

La ampliación del bulevar Río Santiago, la Alameda Juan Sarabia, la estación de transferencia, la Avenida México, dos o tres calles de la Colonia San Luis, son sólo algunas de las obras que ante la falta de un responsable que reciba las quejas se van volviendo parte del panorama cotidiano de la capital potosina.

Sin embargo estas acciones no son ni normales ni honestas y requieren de una mano dura que ponga un ejemplar castigo a quienes burlándose de los potosinos se llevan los recursos y dejan a medias los trabajos.

Porque además este trabajo a medias tendrá que ser resuelto a doble precio que volverán a ser los potosinos los que paguen.

Por algún lugar debe empezarse a poner orden y sancionar a aquellas empresas que dejan inconclusos los trabajos, con el vago pretexto de que los insumos se encarecieron y ya no hay más para cubrir la diferencia.


CONFIANZA TRAICIONADA...

Han sido años y años de abuso por parte de los constructores "de confianza" de las administraciones, que han dejado la ciudad convertida en obra negra y con las arcas vacías, endeudada y cuestionada, atada de manos porque no ha habido una instancia que la proteja de los abusos.

Una ciudad abandonada a su suerte, que hoy clama por un defensor que ponga en su lugar a las empresas que se han acostumbrado a llevarse cuanto recurso sea posible, dejando los trabajos a medias y poniendo tierra de por medio para no hacerse responsables de los daños.

¿Quién no recuerda, por ejemplo, a la empresa que incluso cerró su domicilio fiscal para no tener que terminar las obras de la calle Manuel José Othón, frente a la Alameda Juan Sarabia?

Sólo por poner un ejemplo.

Porque si abriéramos el arcón de los recuerdos encontraríamos decenas de estas empresas que se han enriquecido a costa de los recursos del pueblo que dejan en obra negra.

Lo que hoy se requiere es que se aplique un castigo ejemplar a quienes sean responsables de tales acciones. Hoy no es aceptable una sanción administrativa o un regaño público.

Hoy lo que es indispensable es que se obligue a tales empresas a pagar lo que no hicieron con dinero o con cárcel, porque bastante tiempo han tenido para burlarse de los potosinos.

Hoy se requiere una mano dura que ponga orden y sepa y quiera dar la cara para defender a la Ciudad de los Jardines, al Patrimonio de la Humanidad que está siendo saqueado por constructores sin responsabilidad ni conocimiento.

Porque seguramente con el primero que sea obligado a pagar con dinero o con cárcel, los demás terminarán los trabajos sin mayores problemas.