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Overdrive

Jorge Aguillón Rodríguez | 12/07/2016 | 01:23

De un tiempo a la fecha las tendencias parecen hacernos mirar atrás. Muchos simpatizamos con ello. De nuevo es posible comprar discos de vinilo, cassettes, y poco a poco está nostalgia nos lleva de vuelta a las tiendas de discos. 
 
Los artistas retoman el viejo procedimiento de grabar en cinta muchas veces por buscar de alguna manera emular los viejos sonidos que la nueva tecnología no ha logrado adoptar de sus antepasados análogos. El sonido parece ciclarse y nuevamente se repiten los dichos de quienes toman estas señales como bandera para decir que el rock esta muerto porque no se ha reinventado nada.
 
En pleno 2016 es posible ver a las generaciones que viven día con día a las oleadas de los fenómenos (muchos de ellos efímeros) que surgen del internet. Quién diría que en el 2016 verías adultos atrapando Pokemones en las calles (dinámica interesante que extrañamente ha logrado que mucha gente empiece. Caminar en las calles).
 
De ninguna manera. Creo que miente quien diga que sabía que este tipo de cosas ocurrirían. 
 
Yo por ejemplo pensé que no sería capaz de disfrutar de un disco de Blink 182 ahora que les habían llegado los años y que habían producido un par de materiales que debo admitir no me gustaron nada. Esa extraña nostalgia que rodea a este 2016 me terminó por atrapar a mi también gracias a un disco de una banda de California que durante mi adolescencia era por mucho una de las más famosas.
 
Incluso Sum 41 volvió. Ahora que su vocalista esquivó a la muerte la banda de punk canadiense regresó con la misma potencia de siempre pero con un espíritu más Maduro y renovado. 
 
Entonces me temo que no es tanto la nostalgia sino alguna especie de extraña necedad de regresar a lo de antes cuando lo nuevo no nos convence. Y no sé si esto se deba a una falta de fe en los nuevos talentos o en definitiva a que los nuevos talentos están siendo superados por las tendencias (para variar).
 
Es probable que nosotros mismos cerremos las puertas a tanto talento que surge día con día. Olvidamos a las bandas del garaje por irnos con el viejo y ya gran conocido. Y no significa que ir con el viejo lobo de mar sea malo. La cuestión es que terminamos por limitar lo que nos llevamos a nuestros oídos simple y sencillamente por qué hay una tendencia acaparando la atención. 
 
Las cosas que piensa uno mientras usa el transporte público y escucha lo nuevo de Blink y un disco de Joliette. 
 
Busquen a Joliette en Bandcamp es de lo mejor que tiene México hoy por hoy.
 
Pueden escuchar California de Blink 182 en todos los medios conocidos. Como siempre les recomiendo comprar el material de todas las bandas.