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Editorial

Plano Informativo | 11/07/2016 | 00:49

Cuando salen a la luz las tropelías que cometen aquellos que por una mala decisión administrativa son encumbrados a posiciones de poder en instituciones que reciben recursos públicos, no se puede menos que justificar la falta de confianza de la población en las instancias de gobierno, porque una y otra vez son defraudados por mercenarios que llegan al "servicio civil de carrera" con  el único propósito de enriquecerse aún a costa de la salud de los ciudadanos.
 
Hoy la decepción proviene del área más sensible que puede tener una sociedad: el sistema de salud.
 
¿Cómo es posible que nadie se diera cuenta de los jugosos sueldos de un grupo encubrado en el poder del Hospital Central  ? ¿Cómo es posible que se  permitan tales salarios sirviendo en una institución que se encuentra en números rojos?
 
Se le permitió y se le sigue permitiendo poner en peligro a los cientos de miles de potosinos que acuden al Hospital Central Ignacio Morones Prieto a buscar ayuda en los momentos más difíciles de su existencia, para encontrarse con la trágica noticia de que no hay medicamentos ni servicios especializados porque el dinero que llega al hospital escuela es para pagar  sueldos de estos funcionarios.
 
ESCANDALOSO...
 
Si un diputado local está ganando 70 mil pesos mensuales, sin contar los apoyos legislativos que aún perciben por ley, que el director del hospital general tenga un sueldo de casi el doble es simple y sencillamente escandaloso y vergonzante. Bueno, es que Alcocer Gouyonnet gana más que el alcalde y el propio  gobernador.
 
¿Cómo se atreven estos funcionarios a pedir 300 y tantos millones de pesos a la Federación argumentando que lo que reciben anualmente no les alcanza y por tanto se han adquirido créditos que hoy no pueden pagar?
 
Los calificativos para semejante atrevimiento sobran y conociendo por dónde se está tirando el dinero que recibe el hospital escuela, se entiende que la Federación retrase tanto la entrega de los recursos, quizás con la esperanza de obligar a la administración del hospital a buscar medidas creativas que le permitan sobrevivir medianamente los retrasos en la asignación federal.
 
Sin embargo resulta muy esperanzador el que el secretario federal de Salud, José Narro Robles, durante su reciente visita al estado haya anunciado la ampliación del hospital insignia del Sistema de Salud y la construcción de la tan anhelada Torre Médica.
 
Veía venir la desaparición de la plaga que se chupa más de la mitad de los recursos federales.
 
Tal vez entonces los potosinos podamos ver la verdadera cara de los trabajadores del Hospital Central Ignacio Morones Prieto, los verdaderos héroes del hospital escuela, esos que a pesar de las larguísimas jornadas que tienen que cubrir porque no hay dinero para pagar personal adicional, hacen hasta lo imposible por salvar la vida de quienes llegan buscando ayuda.
 
PD
Desde este espacio enviamos una felicitación a los empresarios huastecos que por fin ven cristalizar sus esfuerzos, con la apertura de la delegación de la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex). Les deseamos todo el éxito que merecen.
 
MA. GUADALUPE GONZÁLEZ MOCTEZUMA