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La forjadora de una casta privilegiada de trabajadores como se considera a los burócratas estatales, Bernardina Lara Arguelles, como se esperaba fue reelecta como secretaria general del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado (SUTSGE)  para un quinto periodo al frente de esa organización.

Sin enemigo u oposición al frente la “señorita Nina” como se refiere a ella el personal de la sede sindical ayer ratificó el control que ha ejercido sobre la estructura de ese sindicato sin necesidad de maniobras coercitivas, compras de votos o voluntades u otra maniobra para seguir en el mando pues como propuesta de la planilla única registrada para el proceso interno de ayer aún con su solo voto se habría reelegido en el cargo.

Desde luego, no es por nada que los trabajadores del gobierno estatal la sigan apoyando para que continúe como su dirigente sindical en virtud de que ella, con su muy particular estilo de negociar, ha logrado que sean considerados como un gremio envidiablemente privilegiado en lo que se refiere a los elevados niveles salariales con que cuenta tanto como las apetitosas prestaciones que le ha arrancado al gobierno del estado para sus representados de tal modo que la obtención de una plaza laboral en la administración estatal es vista como un pasaporte al bienestar económico por los generosos sueldos a los que se accede con un trabajo de esos.

Por supuesto, a ello se debe la fidelidad que le guarda el gremio pese a que su liderazgo ha despertado envidias en las que ha germinado la semilla de la disidencia, al grado de dar lugar a la creación de por lo menos cuatro organizaciones sindicales independientes y opositoras al SUTSGE que poco o nada han podido hacer para mermar su control y fuerza sobre los burócratas.

Respecto de su estilo de llevar al sindicato es notorio que bien sabe cuándo apretar a los gobernantes con los que trata toda vez que no se tienta el corazón para amenazar con paralizar al gobierno de no cumplir sus peticiones como lo ha hecho con sus prolongados plantones frente a palacio de gobierno o la toma de dependencias estatales cuando lo estima conveniente.

Ahora, también es obvio que a la “señorita Nina” le gusta alardear de su fuerza ante sus representados como lo hace cada año durante la fiesta por el día del burócrata en la que tradicionalmente saca a bailar al gobernador en turno ante la fría mirada de las primeras damas que generalmente los acompañan lo que le ha valido, como en el caso de la esposa de Marcelo de los Santos doña Guillermina Anaya de de los Santos espontáneamente haya donado un automóvil para rifarlo entre los trabajadores asistentes y ninguno de los gobernantes, desde que existe el SUTSGE se ha negado a salir a mover el bote con la dirigente conscientes del lío en que se pueden meter de no echarse un zapateado con ella por lo que a los gobernadores de los últimos tres lustros, cuando menos en ese jolgorio Nina Lara los ha bailado bien y bonito.

Así entonces por el manifiesto respaldo de los burócratas y su reelección de ayer puede decirse que hay dirigente de ese sindicato para mucho tiempo pues son los propios agremiados los que quieren que siga al frente ciertos de que con ella podrán ver incrementados los privilegios laborales de que gozan.

CABOS SUELTOS
El lado opuesto de la medalla sindical lo ofreció el repudio que el sector magisterial expresó al líder saliente de la sección 26 del SNTE Ricardo García Melo quien debió salir del local donde se llevó a cabo la elección de su sucesor protegido por un nutrido grupo de profesores cuates ante el riesgo de que los reclamos por su pésimo desempeño pudieran pasar a mayores; por cierto, fue evidente la falta del necesario trabajo político previo para planchar la presencia del gobernador Juan Manuel Carreras López toda vez que una vez más lo dejaron a expensas de incidentes lamentables…