Ventana política

El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes.

Cicerón

Después del triunfo tan bien logrado de Jaime Rodríguez Calderón en 2015, fueron muchos los mexicanos que pensamos que este 2016 sería el año de las candidaturas ciudadanas y que serían los independientes los que se llevarían el triunfo si no en todo, sí en casi todo.

La sorpresa fue que esto no ocurrió. En los comicios del pasado domingo 5 de junio los candidatos independientes apenas figuraron y ninguno estuvo siquiera en una tercera posición en la disputa por las gubernaturas.

La alternancia fue la reina del proceso electoral. Bastiones priístas como Tamaulipas, sucumbieron ante el empuje de los vientos de la alternancia.

Pero hoy, como decía don Luis H. Álvarez: si no los derrotó la derrota, que no los derrote la victoria. Porque es después del triunfo cuando se presentan los retos de mantenerse y de mantener satisfecha a la ciudadanía.

Ya es costumbre que los ciudadanos desaíren los procesos electorales. Este año no fue la excepción. La entidad en que más salieron a votar alcanzó apenas el tradicional 54.7 por ciento del padrón electoral.

Estos son números que todos podemos entender, ajenos a la judicialización de los procesos electorales. Son los números que nos indican la cantidad de mexicanos dispuestos a participar en el proceso de desarrollo de la democracia.

¿Cuál es la enseñanza de todo esto?

Primero.- que los mexicanos confiamos en los candidatos independientes tanto como en los candidatos avalados por un partido. Es decir X porcentaje y nada más.

Segundo.- que los votantes decidieron que el bipartidismo es suficiente aventura cuando de procesos electorales se trata.

Tercero.- que estamos tirando dinero cuando se le adjudican recursos a agrupaciones y organizaciones no gubernamentales que nos engañan con promesas de que trabajarán en reforzar la cultura cívica del pueblo.

Los índices de abstencionismo no son aceptables y ni partidos políticos ni agrupaciones políticas ni organizaciones no gubernamentales han logrado avanzar ni un grado en la conquista de la voluntad de los ciudadanos.

Siguen saliendo a votar los mismos 54.7 por ciento del padrón electoral que sale cada vez que hay elecciones.

Y si no dan resultados ¿por qué seguir dándoles dinero para una tarea que no realizan?

Porque en la vida real, fuera del presupuesto, claro, trabajador que no da resultados queda fuera de la nómina.

En fin... que también para estas cosas debiéramos ser más fijados, más detallistas, más exigentes.

¿Quieren dinero para difundir las bondades de la educación cívica? presenten proyecto y resultados.

La democracia hoy es tan cara en México y da tan pobres resultados que habría que replantearse la forma en que se aplican los recursos destinados a proteger y difundir nuestro sistema democrático.

Triunfos así como que no terminan de saber a triunfo.

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