Por razones obvias, el trato entre los reporteros de los medios locales de comunicación y los miembros de la clase política con frecuencia se ve complicada lo mismo por el cotidiano roce que obliga el quehacer de unos y otros aunque unos y otros se dan sus mañas para hacer su juego e imponer sus condiciones para la defensa de sus respectivos intereses, lo que ha dado lugar a muchas anécdotas que son ampliamente recordadas.
En este orden, por ejemplo, y hablando de mañas, en tiempos del profesor Carlos Jonguitud Barrios como gobernador cuando quería evadir declarar sobre un tema incómodo cuando lo entrevistábamos a los que cubríamos la fuente gubernamental nos llevaba al límite de la desesperación al responder a la primera pregunta con la rendición de auténticos informes de gobierno, como eso de “construimos cinco aulas diarias y otros tantos bordos de agua para el ganado sin faltar su jactancia de haber izado la bandera blanca en el estado por el abatimiento del analfabetismo sin contar sus recuentos de las secundarias, CETAS CEBETAS y demás planteles erigidos uufff; todavía recordamos cómo para sortear una pregunta incómoda en una entrevista concedida en el despacho de palacio de gobierno, el profesor ofreció una respuesta que duró algo así como 45 minutos para desesperación del tigre Juan José Rodríguez, en ese entonces director del noticiero televisivo, lo que no quita reconocerle su siempre amable disposición para atender a los reporteros o para ponernos a modo a los funcionarios de primer nivel que venían a SLP.
Claro que ha habido gobernantes gruñones y alérgicos a los reporteros en etapas de problemas como lo fue don Marcelo de los Santos quien llegó a encarar a un reportero que lo atosigaba a preguntas sobre el tema de Ciudad Satélite.
Otro como Fernando Toranzo que aprovechaba las entrevistas para hacer sentir su descontento a los colaboradores cuyo desempeño no le satisfacía como lo hizo con su secretario de seguridad pública Enrique Galindo, o, como cuando inconforme por el trabajo del entonces pasado de peso dirigente del PRI Aurelio Gancedo en una entrevista banquetera que dio en Ciudad Valles con toda la mala leche y de la manera más grosera del mundo se refirió a él como “gancerdo” por lo que después se vio obligado a ofrecerle una disculpa pública.
Ahora, con Juan Manuel Carreras hace poco su relación con los reporteros de la fuente pareció dar un brinco al presuntamente evadir toparse con ellos luego de que donde quiera que se los encuentra quieren entrevistarlo sobre un tema del que ya se ha hablado por otros canales y dependencias aunque no ha pasado más allá de esto pues, por lo demás es notoria la relación amistosa que lleva con los reporteros que cubren sus actividades, aunque en otros ámbitos como el congreso del estado la vallense Socorro Hurtado como diputada llegó a propinarle un zape al reportero Polo Pacheco sin razón válida en pleno recinto legislativo bajo el argumento de que obstruía la vista a una pariente con lo que se exhibió como una mujer intolerante e intratable episodios que vale recordar en ocasión del festejo de otro día de la libertad de expresión de ayer.
CABOS SUELTOS
Plausible la coordinación de esfuerzos entre la procuraduría general de justicia y la secretaría de seguridad pública que dio como resultado la detención de los cuatro elementos de la corporación involucrados en la muerte de la alumna del COBACH Alondra con lo que se asegura que el hecho o quedará impune como muchos empezaron a aventurar, para terminar nuestra sincera felicitación a los colegas reporteros que siguen aguantando en esta carrera de resistencia que es el periodismo particularmente a las mujeres que lo ejercen a la par de su papel de esposas y madres pues alientan a quienes atestiguamos su entrega para continuar adelante un abrazo a ellas y a todos…
