Viernes 26 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Ventana Política

Ma. Guadalupe González Moctezuma | 05/06/2016 | 18:29

No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo.

Henry F. Amiel

 

Cuando los grupos en el poder se empeñan en polarizar a la sociedad, puede augurarse un futuro inmediato de conflictos y pleitos, la mayoría sin fundamento real, que sólo beneficiarán a las causas de los polarizadores.

 

San Luis Potosí ha sido escenario de cruentos enfrentamientos sociales gracias precisamente a la polarización de la sociedad impulsada por los grupos en el poder y que hasta hace pocos años tenían la fuerza y el liderazgo para lograrlo.

 

Pero el tiempo pasa factura y esos viejos liderazgos desaparecen, dejando espacio para la llegada de nuevos grupos que lamentablemente no siempre tienen el pundonor ni las cualidades cívicas para llevar al pueblo por la senda del progreso y el desarrollo, que es el fin último de cualquier liderazgo social.

 

La creencia de que para afianzar un liderazgo hay que terminar con todo lo que se haya construido antes, ha sido moneda corriente entre las repúblicas bananeras de América Latina prácticamente desde que se terminaron los gobiernos coloniales. No por eso deja de estar vigente y eventualmente crear problemas entre los grupos sociales.

 

Hoy el estado de San Luis Potosí enfrenta lo que puede ser su prueba más dura de los últimos 400 años: superar las adversidades generadas por la polarización y el divisionismo para caminar juntos hacia la causa común del desarrollo y el progreso.

 

No basta que un grupo quiera mejorar las cosas. El progreso necesita el concurso de todo el pueblo, no solo un municipio, no solo una colonia.

 

Para que el progreso sea real, deben participar todos y cada uno de los habitantes de este vasto territorio, con una meta en común, con reglas claras de convivencia, con responsabilidades y obligaciones que impidan que los individualismos erosionen las bases de los trabajos comunes.

 

La alternancia, pues, tendría que ser replanteada para que no se confronte con el progreso, como está sucediendo hoy día.

 

Los lamentables incidentes ocurridos el pasado viernes en la capital potosina, en donde el enfrentamiento de acciones por un lado y verbal por otro, hicieron tambalear el proyecto de desarrollo que en justicia merece el pueblo potosino.

Nada justificará jamás la ignominiosa forma en que la secretaria Rosario Robles fue maltratada por colonos en la General I. Martínez así como tampoco puede ser justificado el hecho de que los medios locales de comunicación le hayan dado más importancia al desencuentro entre la funcionaria federal y el alcalde capitalino.

 

Hubo, en efecto, un choque de estilos políticos, un choque normal derivado de las diferentes formas de operar entre los militantes de los diferentes partidos políticos.

 

Si hubiera que calificarlo de algún modo, habría que decir que fue un choque de colores.

 

La secretaria Rosario Robles es una política dura, emanada además de las filas del Partido de la Revolución Democrática, del que fue presidenta nacional, así que sabe cómo lidiar con las bravuconadas que son y han sido características del que fuera partido.

 

El alcalde Ricardo Gallardo, por su parte, es afecto a la pompa y el reconocimiento, a la estridencia en las demostraciones de gratitud de la gente. Es su estilo.

 

Pero esto no debió superar jamás los límites del protocolo. Como tampoco debió ser usado por la sociedad para linchar a la funcionaria federal que vino en gira de trabajo, con la mejor disposición y mayor encomienda de apoyar al pueblo potosino.

 

No es una novedad que los seguidores del alcalde Gallardo destrocen la imagen de aquellos que no concuerdan con sus métodos, de ahí que la secretaria Rosario Robles haya sido víctima del linchamiento social y que en más de un medio de comunicación se hayan atrevido a sacar a relucir situaciones de su pasado personal, como si tuvieran derecho o como si no conocieran la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

 

El otro caso, igual de lamentable, fue protagonizado por el aún delegado del CEN priísta, Jorge Schiaffino, que con más valor que materia gris, acusó a los ayuntamientos de la capital y Soledad de Graciano Sánchez, de estar al servicio del crimen organizado.

 

Parece que algunos políticos no recibieron el memorándum en el que se detalló que para lograr salir de la pobreza, hay que traer inversiones y que estas inversiones no llegan a un pueblo enfrentado, convulso, estridente.

 

Fallaron los protocolos justo cuando pensábamos que teníamos todo para sacar a San Luis Potosí de los últimos lugares de desarrollo.

 

 

Email: moctezumasl@gmail.com

Twitter: @moctezumasl

Facebook: https://www.facebook.com/maguadalupe.gonzalezmoctezuma