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Hace unos días el presidente de los hoteleros potosinos, Javier Torre Hernández endosaba a los turistas la queja por la falta de vida nocturna en la ciudad al considerar que por el cierre temprano de los restaurantes y la suspensión de venta de bebidas alcohólicas no hay lugares decorosos a dónde seguir la fiesta como no sean los table dance de la carretera 57 de muy dudosa seguridad.

Ciertamente el dirigente hotelero tiene razón pues la capital potosina nunca se ha distinguido por ofrecer un variado menú de alternativas para la diversión nocturna y aunque en el pasado hubo intentos de establecerla pronto se apagaron hasta desaparecer como aquel proyecto de centro nocturno llamado la llave de los setentas y otro punto de reunión para adultos por el rumbo de  la facultad de medicina que al cabo de unos meses cerró por incosteable. O tro lugar decoroso para la diversión nocturna fue el famoso skyRoom Del hotel Panorama aparentemente en vías de resurrección, pero no más de este nivel.

Claro que también existieron puntos de diversión para noctámbulos deseosos de libaciones entre música como aquel mítico café “nuevo mundo” ubicado a media cuadra de la plaza Escontría espacio donde muchos de nuestros políticos al que de pronto llegaba uno que otro valiente y desbalagado turista,varios políticos sesentones recuerdan las broncas a puñetazos que protagonizaron a donde rectores y secretarios de gobierno los mandaban a emborracharse y dejaran de causar alborotos.

Precisamente, por los pleitos empezó a decaer hasta quedar como sólo un lugar donde se consiguen tríos y mariachis para llevar serenatas.

En este breve repaso por los antiguos sitios de diversión nocturna de la capital también pueden incluirse aquellos patéticos y desastrosos lupanares de Soledad escogidos durante muchos años para rematar la parranda, lugares de mala muerte ambientados por la música de las casi extintas radiolas y, para los buscadores de emociones románticas ahí estaban esperando la invitación de una copa  señoras generalmente bastante pasadas de la tercera edad y de peso donde muchos arriesgados dejaron la vida y dinero pues no existía una nula vigilancia sobre la portación de armas de todo tipo lo que originó que las autoridades les apretaran las tuercas hasta extinguirlos los que nadie excepto algunos mayores soledenses parecen extrañar toda vez que ni siquiera llegan a ser recordados como buenos antecedentes o ejemplos de patrones a seguir para revivir la vida nocturna de la capital potosina por lo que si hay turistas deseosos de seguir la fiesta luego del cierre de los restaurantes lo mejor será que la hagan de buro mientras ven una buena película en la televisión toda vez que las autoridades no se muestran muy interesadas en impulsar negocios que la ofrezcan y menos e estos tiempos en que el monstruo de la violencia parece haber despertado.

CABOS SUELTOS

Muy malas opiniones generan entre los potosinos los grupos y políticos oportunistas que en aras de adquirir notoriedad y atraer reflectores mediáticos se van por el camino fácil de colgarse de los asuntos relacionados con el alcalde Ricardo Gallardo Juárez…