Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Ventana Política

Guadalupe González | 30/05/2016 | 01:37

La diplomacia es la política en traje de etiqueta.
 
Napoleón Bonaparte
 
Ya lo decíamos al principio de las administraciones. Criticar a los gobiernos entrantes por cosas que hicieron o dejaron de hacer quienes los antecedieron en los cargos era una muy mala medicina. Pero a ocho meses de distancia, los resultados dejan espacio más que suficiente para empezar a valorar la clase de trabajo que se está llevando a cabo en todos los órdenes de gobierno.
 
Por alguna extraña razón, las administraciones de los 58 municipios potosinos han ido cayendo por sí o impulsados por sus partidos, en el gastado traje de las culpas ajenas.
 
Tal parece que olvidaron que los puestos que hoy ostentan no se inventaron para ellos, sino que son habitantes ocasionales de instituciones que tienen años y años funcionando en mayor o menor medida, pero que se han sostenido gracias a la cualidad que como instituciones han obtenido de las constituciones, la General de la República y la Del Estado de San Luis Potosí.
 
Hoy los alcaldes están tratando a la población como a parientes arrimados, como si fueran los dueños de la casa y estuvieran obligados a enseñarnos los nuevos modales que imperarán.
 
A toda costa buscan borrar lo que quede de las acciones que llevaron a cabo otras administraciones. Se ha puesto de moda insultar la memoria histórica de los pueblos vistiendo con los colores partidistas las cabeceras municipales, convenciendo así a la población del error cometido en la última elección.
 
¿En verdad cuesta tanto trabajo respetar las ciudades que por más de 400 años han estado aquí, cobijando a los potosinos?
 
Y más aún ¿en verdad el trabajo de los ideólogos municipales no da para nada más que destruir imágenes y colores de ciudades que aún quieren sentirse orgullosas de su historia?
 
Pongamos por ejemplo la Ciudad de los Jardines, ésta a la que le robaron los jardines más frondosos y las calles más arboladas. Esta hermosa ciudad de cantera rosa que hoy es majaderamente pintada de amarillo.
 
¿Dónde están los trabajos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cuando se requiere salvaguardar el patrimonio potosino de las acciones “modernizadoras” de los neopolíticos cuyo concepto de vanguardia se limita a destruir el acervo arquitectónico cultural?
 
¿A quién deben recurrir los habitantes de cada uno de los 58 municipios potosinos para evitar que los alcaldes y sus camarillas destruyan la belleza natural y tradicional de nuestros pueblos?
 
Porque hasta donde sabemos, los cargos dentro de las administraciones no son una patente de corso que pueda ejercerse a su arbitrio para plasmar egos en pueblos que tienen no 100 ni 200, sino 400 años de historia.
 
Urge saber a quién recurrir, porque ante la falta de visión y liderazgo de los alcaldes, pueblos y cabeceras municipales se han convertido en botín maltratado de quienes desconocedores del oficio político, intentan burdamente imponer sus criterios pasando por encima de usos y costumbres, de tradiciones y de la historia.
 
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