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¡DE PLANO!

Pedro Cervantes Roque | 19/05/2016 | 16:54

Leo en PLANO INFORMATIVO la noticia que emite la oficina local de la Condusef, organismo federal que se encarga de regular los servicios financieros que se otorgan a la población mexicana, al registrar un aumento considerable de quejas de los usuarios de los seguros que otorgan varias aseguradoras porque cuando reclaman su efectividad por diferentes causas, les niegan la reposición del daño a través del pago previamente convenido.

No es nuevo que bancos y organismos similares que ofrecen el aseguramiento de vidas, bienes y servicios a la población en casos de desastre, repelen a la hora de pagar. No importa que la autoridad competente haya emitido un dictamen sobre los casos que son reclamados. Las trabas y pretextos nunca faltan.

Entre el pago de las primas y la reposición de daños por las aseguradoras hay una distancia como del cielo a la tierra.

Incluso en el trato. Unos son los vendedores de seguros y otros son los ajustadores que actúan ante los reclamos de reparación del daño.

Lo más frecuente es que intenten –por todas las vías- demostrar que el cliente no tiene forma de justificar el reclamo para el pago del seguro. No importa el tipo de seguro ni la cantidad que se reclame. Lo que importa es reducir la cobertura de los siniestros.

Por supuesto, habrá quienes hayan aprendido pronto y ahora son expertos en el reclamo de los seguros. Eso nos obliga a pensar que las quejas provienen de asegurados novatos que nunca han tenido un siniestro por el cual reclamar la cantidad asegurada.

Ahora bien, no crea usted que desde los ajustadores de seguros para arriba la cosa es tan complicada como parece. Yo diría que la diaria presentación de siniestros viales y domiciliarios o de seguros de vida, obligó a esos personajes a buscar relaciones que les permitieran hacer su trabajo de forma “excelente” –desde el punto de vista de las empresas aseguradoras- y que sus registros les hagan merecedores de diplomas de reconocimiento.

Ya sabe usted que el medio obliga y condiciona. Los peritos viales se las “ven negras” cuando tienen por un lado al ajustador de una empresa y al de otra en el lado contrario. Ambos quieren salvar su reputación ante su empresa y los peritos deciden. No es difícil encontrar que quien es señalado como responsable de un daño en accidente vial, por obra y gracia de esos personajes resulte beneficiado porque previamente entre ajustadores se ponen de acuerdo y van “una y una”.

Y todavía nos falta por ver el efecto que ya tiene la modificación de leyes y reglamento de tránsito federal que obliga a los conductores de vehículos a obtener un seguro contra daños a terceros cuando circulen por la red nacional de carreteras.

¡De Plano!