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Espacio de reflexión

Jaime Chalita Zarur | 02/05/2016 | 12:45

"La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce".

Jorge Luis Borges.

Llego la era: esta es, la de escuchar a las mujeres para sobrevivir. 

No como graciosas concesión y si como un espacio ganado a fuerza de trabajo, la mujer en nuestro País crece afortunadamente. Quien no lo haga pagará alto el precio no individual y, si social en su entorno más próximo, su familia.  

La equidad de género es un conjunto de ideas, creencias y valores sociales, referida a la diferencia de sexo, el género, la igualdad y la justicia en lo relativo a los comportamientos, las funciones, las oportunidades, la valoración y las relaciones entre hombres y mujeres. Todos estos conceptos, no se han cumplido en ninguna forma que sea total e integral pero además, existen formas de falta de respeto, aveces interminables, para el trato a quienes sostienen el monopolio de la vida, pues no sólo es necesario una fusión entre dos células para crear seres humanos; faltaría un Utero.

Para quienes tenemos familiares, quienes son mujeres, madre que, espero todos tengan, hijas, esposa pero que, además las amamos, sabemos que a lo largo de los años, ellas han sufrido formas que impulsan a ser disminuidas en su calidad humana y que, se antoja incomprensible pero, ha sido una realidad y, constante que empieza a cambiar y, no de forma gratuita.

El pasado 24 de abril, en un movimiento social, de mujeres organizadas, de la mayor importancia en el contexto Nacional, han marchado por las calles de diferentes ciudades de México,  en reclamo del maltrato, pero fundamentalmente reclamando un hecho que tan solo hacer mención de el,  es despreciables: El Femeicidio.

Consignas se decían y proferían, producto del  hastío, del dolor, de la indignación, de la desesperanza, del enojo, vamos del hartazgo de la población femenina y, quiero pensar no sólo de las mujeres, también de los hombres, por la desgracia y, en contra total, del maldito delito de matar a una mujer, sin importar, claro, condición alguna, solo por ello, el de ser mujer.

Aparece el fantasma de la polarización social, además de la que ya vivimos entorno a la violencia cotidiana, por tal hecho, cosa que sería lamentable, pues en ello iría implícito mas violencia y con lo mismo no se combate el hecho.

Conciencia en la sociedad, en las autoridades, eliminando la impunidad, presionando el castigo a través de las competencias legales, para que no se niegue que existe este delito, el feminicidio y,  de quiénes, abusando frente a una mujer la mata, sean castigados contundentemente de forma ejemplar. Estés debe ser el camino impostergable y claro, para que, nos libremos de esta verdadera calamidad y muchas otras en contra de la mujer. 

Parece que coinciden los hechos. El pasado 27 de abril de este 2016, en un hecho sin precedente, el Presidente Del Supremo Tribunal de Justicia, de la Ciudad de México, Edgar Elías Azar, sumido en la impotencia, dio cumplimiento a su promesa y rindió homenaje, de dar entierro a una niña que llamaron Ángela, para que no fuera a la fosa común. Ella fue encontrada muerta el 23 de abril 2015 en una maleta, había muerto de un golpe en la cabeza, padecía desnutrición y, si, fue violada.   

Durante todo ese año nadie la reclamo, nadie, aún a pesar de las pesquisas, nadie aportó información, no se supo quién dejó ahí el cuerpo, vamos nadie pudo aportar para hacer justicia al asesinato de una niña inocente. Quedó impune. Así han quedado muchos delitos de saña inaudita en contra de las mujeres y que, no sólo a ellas las llena de indignación.

Como muchos problemas de nuestra sociedad, habrá intereses de algunos o, algunas, de convertir  este terrible problema en actos políticos, no sólo de parte de loas autoridades, también de la sociedad, en busca de alguna ventaja, sería una torpeza pues para combatir este delito es necesario ser muy claro. No valla a pasar lo que ha pasado ante algunas otras ocaciones. En 1985 en el gran temblor de la Cuidad de Mexioco, cuando se descubría que una persona estaba viva en los escombros de edificios caídos, hasta para el rescate de la vida ajena, se quería tener el mérito del hecho de hacerlo a riesgo de la muerte de quién esperaba ser salvado, lo mismo pasó con otros. 

Aquí lo dejo para estar prevenidos. Hay que detener esta horrenda escalada de violencia en contra de la mujer solo por el hecho de serlo. 

¿En qué clase de sociedad nos hemos convertido? Creo que en la más ruin de auto extinción y depredadora del ser humano.

jaimechalita@yahoo.com

@jaimechalita