Día- Crítico

Este fin de semana se llevó a cabo en la CDMX, además de en otras ciudades del país, una marcha en la que distintos grupos feministas y simpatizantes de la causa se manifestaban en contra de la violencia hacia las mujeres, que se ha convertido en una realidad constante y creciente en el día a día de nuestro querido México.

Abanderando frases como "Vivas nos queremos", "Ni una menos" y "Alto a la violencia machista" miles de mujeres tomaron las calles para exigir que las autoridades tomen cartas en el asunto, pues la problemática que representan actualmente la violencia contra las mujeres y el feminicidio en nuestro país,  parecen ir empeorando a pesar de que las organizaciones y grupos de defensa de la mujer han buscado hacer hasta lo imposible por dar reflectores al asunto,  y exigir una solución al mismo.

Como mujer y feminista no hay nada que me llene más de orgullo que el hecho de ver a las mujeres buscando esos espacios, luchando para que aquellas que vienen detrás de nosotras no tengan que conocer un mundo en el que exista la desigualdad. Me llena de esperanza pensar que después de la lucha de estas generaciones, de las que muchas mujeres, y también muchos hombres,  viven para trabajar en favor de la igualdad, se logrará construir un mundo en el que nadie se sienta distinto a la persona que tiene al lado por su condición de género.

La idea de vivir ese sueño para mi es una motivación, un incentivo, una preocupación de todos los días, y cuando veo a una persona manifestándose a favor de esta causa,  lo siento acercarse, me parece casi tangible, y de repente, algo lo empaña, algo que lastima esa ilusión y  contamina la verdadera razón de esta lucha que, para mí, no es otra cosa que alcanzar nuestros ideales de equidad...

Las personas se confunden y se enfrascan en una pelea distinta, compiten por establecer un rango de superioridad entre sus luchas. Ya no se trata de justicia, de equidad, de respeto y de hacer valer los derechos de nosotros y nosotras,  de todos quienes somos humanos. Ahora se trata de si es más importante la ola de feminicidios y violencia contra la mujer o la desaparición de los 43 en Ayotzinapa.

La lucha no es entre las víctimas de los distintos crímenes, no es entre las distintas causas, no es entre los que han sido vulnerados de una forma o de otra. No se trata de volver a caer en la división, tratando de hacer ver que una vida es más importante que otra, que un derecho es más importante que otro.

No podemos ni debemos dejar que el error se apodere de nosotros y que veamos enemigos en donde solo deberíamos ver aliados. Todos estamos en el mismo barco, exigiendo justicia, exigiendo respeto, exigiendo que se hagan valer nuestras garantías individuales y eso a lo que tenemos derecho por el simple hecho de ser seres humanos.

Soy mujer, tengo planeado ser estudiante unos cuantos años más, me he desempeñado como periodista, hay gente en mi vida a la que amo profundamente y que pertenece a la comunidad LGBTI... de una forma u otra me siento profundamente conectada a todas esas luchas que peleamos en el México de nuestros días, y me siento obligada a tomar parte y a exigir respuestas, justicia y resultados a quien le corresponda procurarlos en cada caso.

Soy una persona, un ser humano como todas las víctimas, como todos los sobrevivientes, como todos ustedes... Somos todos, somos uno, somos lo mismo...

Busquemos la manera de no perder de vista nuestro objetivo de construir un México mejor, porque hablando de luchas, no vamos a ganar nada tratando de ser protagonistas. Estamos perjudicando los avances de nuestras causas, re victimizando a los afectados, y poniéndonos en contra de quien como nosotros exige justicia...

Peleemos separad@s, peleemos junt@s, pero nunca entre nosotr@s...

#VivasNosQueremos

#Nosfaltan43

#AmorEsAmor

#TodosSomos

Twitter: @MelCTrejo