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Criterios

Pedro Felix Gutierrez Turrubiartes | 31/03/2016 | 20:52

Hay tardes en las que el viento te mece suavemente, te acaricia, trae recuerdos e impulsa ideas. Y entonces el atardecer  conmueve.

En este mundo hay cosas elementales e historias que lava el sol. Mientras leo; “El amor, el sueño y la muerte en  poesía mexicana “de Jaime Labastida. Ha terminado la semana mayor.

La semana santa que recuerda la pasión y muerte de Jesús. Él recorrido, su  misión, el llamado de atención que él hace para que en la palabra que el dio el hombre viva mejor. Renueve su espíritu.

Todo empieza con la cuaresma, con los cuarenta días, preparándose para la pasión viviente, que es reproducida a hora, acá en Iztapalapa con más de dos millones de espectadores. Y da entrada a todo, el miércoles de ceniza “polvo eres y en polvo te convertirás” y luego cada viernes se  medita la vida de Jesús, mientras las manifestaciones religiosas públicas  se preparan.

Las  catorce estaciones desde que lo aprehenden hasta que resucita. La semana mayor empezó con el domingo de ramos, el jueves santo, la ultima cena ahí se instituye la eucaristía el ceremonial de su muerte que ahora vemos. Poniendo un ejemplo de humildad en el año 33. Y después el tiempo occidental se divide A.C., D.C. y se conoce todo por los evangelios el texto es la biblia.

Ahora existen diversos ceremoniales, vacaciones para todos, procesiones y reproducciones del hecho. Por supuesto playas bikinis, drinks y fiesta. Y en pueblos y rancherías, melancolía, recogimiento, oraciones y ceremonias en iglesias parroquias y catedrales.

Cuando todo esto llegó a México con la conquista se da el cruce entre el “monoteísmo hispano católico y el monoteísmo nativo a través de la mediación de santos, vírgenes y diablos”. Pero según el precioso estudio de Gabriel Zaid del S.XVI  al  S. XVIII, hubo una soberbia creación en casi todas sus formas, desde Sor Juana , Góngora  y Clavijero, fe y modernidad y afirmación nativa, amor a la poesía, a la ciencia, devociones , tradiciones, formas coloquiales y hasta recetas de cocina, que son los razgos de identidad mexicanos de ahora.

Bien podemos admirar esas huellas esa mezcla y sincretismo en el centro histórico de San Luis en su arquitectura religiosa en su pintura y su escultura. Hay mucho escrito sobre eso y retratado que nos muestra la evolución del ate religioso en México. La fecundidad espiritual de los mexicanos es asombrosa y su reproducción en figuras, ritos, santos devociones fiestas patronales iglesias y ceremonias es fuerte.

Un siglo duraron los jesuitas defendiendo territorio, y enseñando fundando escuelas y centros, hasta su expulsión en 1767. Un católico funda el pensamiento moderno según se cuenta de Rene Descartes quien recibe la misión de avanzar en el pensamiento y quien peregrina al santuario de Loreto a dar gracias por el favor científico recibido: la concepción del discurso del método.

Juan Pablo II, al final de su visita a México presidió “el encuentro con los intelectuales y el mundo de la cultura”, ahí habló Silvo Zavala según cuenta Adolfo Castañón, sobre las raíces históricas que en México tienen la defensa de los derechos humanos.

Y Juan Pablo II, Destacó la importancia que tienen los intelectuales mexicanos y latinos para que encuentren formas de política cultural y desarrollo político novedoso para sus países. En el caso particular de México pintó un panorama optimista en las relaciones que ha mantenido la iglesia y la cultura en nuestro país, la iglesia necesita la cultura y la cultura a la iglesia.

Habló también de reconocer el trabajo intelectual y darle una dignidad que no siempre se le presta.

“México está construido desde el corazón y esa es una gran riqueza”. Lo que sí sabemos es que la cultura humanística e intelectual en nuestro país está en manos de una minoría y los laicos  dice  Castañón no están siempre conscientes del papel del arte y de la cultura en un contexto de nación tan marcadamente católico como nuestro país.

Andrés Henestrosa escribió sobre nuestra cultura mestiza y la impresión de los europeos al contemplar Tenochtitlan está dada por Bernal Díaz del Castillo, actualmente una iglesia tan desgarrada por sus luchas internas y las contradicciones manifiestas de algunos de sus curas que han contribuido al desencanto y abandono. Cultura de pobreza en un país pobre.

Si como bien se señaló por André Malraux, según Krause,  quién en la revista vuelta de Octavio Paz, dice que leyó  un signo de Fe en el futuro: “El siglo XXI  será religioso o  será”, mucho queda aún por revisar sobre este tema, discutir y armonizar tesis y planteamiento e incredulidades y obtener rajas política y culturales que den un nuevo destino, un horizonte a tantas contradicciones sociales que estamos viviendo, y eso que apenas empieza el siglo, acaba de cumplir sus primeros quince años.

Y que yo recuerde  nadie  nos invitó  a la fiesta. Y en este momento según Octavio Paz nuestro mundo vive entre la conformidad, la pasividad, el egoísmo más despiadado y el individualismo más obtuso. La técnica ha uniformado los gustos y las costumbres, pero no ha extirpado las pasiones que dividen a los hombres, la envidia, la rivalidad, el deshonor, el desprecio, la agresión. Necesitamos nuevas respuestas a viejas preguntas. Ver y enseñar a ver para dejar atrás la infancia espiritual

Pfelix200@hotmail.com