Jueves 28 de Marzo de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Extraños Tiempos

Hugo Laussin | 31/03/2016 | 11:06

¿Ha tenido usted uno de esos días en los que el calor es infernal, donde la ropa se le pega al cuerpo debido al sudor y la boca le sabe arenosa?

Cierre los ojos por un instante y piense en ello, luego, imagine usted un refrescante vaso con agua, así, solita, fresca, acariciando su garganta y devolviéndole la sonrisa.

Ahora imagine que es el último vaso con agua en toda la ciudad ¿se la tomaría usted o se la daría a sus hijos?

La guerra que se nos viene en este estado (y en el mundo en general) es la del agua. Agua para beber, para asearse, para sobrevivir pues.

Nos vamos quedando sin el líquido que nos da y mantiene con vida y al menos aquí, en San Luis Potosí, no podemos presumir de tener agua en exceso y mucho menos de buena calidad.

Actualmente bebemos veneno, con arsénico, heces, bichos y más bichos sin que hasta el momento alguna autoridad haya logrado mantener un control que no sea económico, sobre la calidad que tenemos los potosinos en el agua con la que podemos vivir.

De a poco y de a mucho, nos hemos ido acabando las reservas (si es que alguna vez las hubo) y hemos dejado el subsuelo prácticamente seco, dejando a la vista enormes cavernas que en cualquier momento, colapsarán con las correspondientes pérdidas.

Nuestras otroras bellas y llenas presas ahora son un simple recuerdo dejando simples tanques de líquido verdoso y vegetación. Ya no hay peces y sin peces ya no hay aves, sin aves no hay árboles y nosotros nos secamos bajo las poquísimas sombras de los mínimos árboles que nos han dejado en la ciudad.

En otras zonas del estado, como la Huasteca, ese no es un problema… aún. Aquí en la capital donde se supone que nacen y se hacen las ideas para el beneficio de los que habitamos estos lares, tal pareciera que sólo existe el Interapas para solucionar como mago en circo, los problemas del agua.

Una historia de corrupción y malos manejos son las que le quedan a ese ente intermunicipal que simplemente no puede ni arreglar un bache sin crear un ciento más… con esas ganas, la calidad del agua no queda en entredicho, sino en la más pura reprobación.

Ya ni siquiera los llamados pulmones de la ciudad se han salvado de la sequía que nos empieza a cocer de a poquito. Los parques Tangamanga, con especies arbóreas ajenas a nuestra tierra y con una vida que está por extinguirse, se secan de a poco a pesar de los riegos por la simple razón de que son regadas con más químicos que agua.

El parque Juan H. Sánchez, alias Morales, se ha salvado por los pelos gracias a su ubicación que le da el privilegio de agua en subsuelo, aunque vaya, todo termina.

Ya no hay agua suficiente para soportar las temperaturas que se nos vienen en éste y los próximos años y no hay, mucho menos, voluntad política que entienda que la necesidad de agua sana es un estado de emergencia que tendría que tenernos a todos, ciudadanos y gobiernos, en un plan de rescate y sobre todo, de educación sobre la cultura del agua.

Tenemos refrescos, agua embotellada, a veces hasta el lujo de una cerveza para apagar o atarantar la sed. No seamos sectarios pensando en que todo eso es fácil pues en la gran extensión del estado, sobre todo el altiplano y zona media, miles son las familias que deben luchar, literalmente, por unas pocas gotas de agua para beber y ya no digamos, para asearse.

Al principio pedí que imaginará lo que es tener un momento de sed angustiante ¿se imagina lo que es tenerla durante todo un día? ¿se imagina lo que es que sus hijos la tengan y que usted no pueda darles esas preciosas gotas?

Ya es tiempo de que reconozcamos que la situación está a punto y medio de ser apocalíptica para el humano, y más, que como ciudadanos y autoridades, se abran los ojos a la terrible realidad que nos rodea y a la cual nos hacemos omisos, irresponsables y valemadristas.

Así tan simple, como el que un día no muy lejano, la gente comenzará a morir de una u otra manera, por nuestra irresponsabilidad ante la escases de agua.

(Ojo autoridades, con que llueva algunas veces en el año y se llenen nuestras presitas, no nos vamos a salvar)