Viernes 26 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Sólo para débiles

Eduardo L. Marceleño | 30/03/2016 | 17:44

Dejé de escribir un tiempo esta columna debido a un abandono personal de la escritura. Convencido de que lo que tecleaban mis dedos era esencial para entenderme fuera de un contexto hablado de pronto me vi entre la duda y la desidia: ¿lo que uno escribe en verdad vale la pena? 

No hace mucho tuve que mudarme de casa, el lugar donde pasébuena parte de mi niñez y juventud me expulsaba por una remodelación general. Las modificaciones que sufriría el inmueble y mis 25 años sonaban a argumentos definitivos para que buscara mi propio destino. Primero me fui a casa de mi mejor amigo, luego a casa de mis tías y ahora me encuentro en la sala de espera del ex compañero de cuarto de una ex novia ¿hay mejor forma de ser un lumpen?

Empacar pertenencias no es asunto sencillo, uno se enfrenta a los distintos momentos del tiempo transcurrido. El pasado, por ejemplo, se manifiesta en la mayoría de los artículos  que habrán de ser empacados o en todo caso despachados; el tiempo presente son las cosas que actualmente circulan dentro de las necesidades concebidas. Difícil decisión es usar la taxonomía en los días de mudanza, no pude hacer una clasificación digna de mis pertenencias. Resolvíque lo más práctico sería llevar la ropa que más uso, los zapatos y tenis favoritos, mis libros, una cobija y dos almohadas, lo otro se quedaría en la casa que modificaba sus muros. Me gustópensar que el lugar perfecto para el pasado se encontraba en remodelación.

Ir de un lado a otro hace que uno constituya lugares a través de las personas con las que convive. Por aquellos días encontréun nuevo empleo, esas dos directrices marcaban el rumbo de un nuevo estilo de vida, un futuro tan próspero como arriesgado. Los amigos ayudaron  tanto como los espacios donde se desarrollaba mi nueva rutina, aunque la verdad era que mi consciencia estaba (o sigue) movediza, lo atribuyo a la falta de un lugar fijo para dormir. Es entonces que mis espacios cobran sentido a partir de las personas con las que he convivido en estos meses.

Por otra parte y para volver al tema del abandono a la escritura, creo comprender que para cristalizar las ideas mediante el texto es necesario tener una cierta aproximación de realidad. Antes de mi cambio de rumbo me resultaba muy sencillo escribir desde cualquier postura o perspectiva conforme a un tema determinado. Con el cambio de marea los días sugirieron un movimiento caótico el cual provocó una desorientación momentánea que a la vista amenazaba con ser crónica y permanente.

Ayer por la noche encontréel blog de Jorge Tirzo que publica la revista Gatopardo, hablaba de la importancia de volverse cronistas del periodismo actual, una crítica al déficit del quehacer periodístico derivado del bombardeo de información. El otrora editor de la Revista Mexicana de Comunicación acude a la idea de transmitir conocimientos para novelar la realidad, temática recurrente en Sólo para débiles y la cual ha sido el eje rector de los textos que hasta ahora he publicado bajo esa insignia. 

Leer a Tirzo me motivóun poco pero es posible que no haya encontrado la estabilidad que brinda la seguridad de una buena escritura, tal vez la desorientación sea permanente. Sin embargo, Estos días en algún momento tendrán que irse y los textos quedarán varados en el lugar que les corresponde: el pasado.

Los textos pertenecen al pasado desde el momento de su concepción, el espacio del tiempo transcurrido que no estáexento a la remodelación.