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Cómo un hecho sin precedentes, y porque las circunstancias así lo demandan, ingresar en vehículo al centro histórico hoy simplemente no es posible.

En todos los accesos que hay al primer cuadro de la ciudad, están las vallas de elementos de policía y tránsito municipal para resguardar el ingreso ante la inminente amenaza de los comerciantes ambulantes, que han anunciado desde hace varios días, una serie de marchas y manifestaciones  tras la disposición del gobierno de Ricardo Gallardo Juárez, de impedir que se venda  en el primer cuadro durante las festividades de la Semana Santa, un estado de sitio, un momento de tensa calma.

En una situación meramente metafórica: El estado de sitio representa un concepto equivalente al de estado de guerra, y por ello se dan a las  fuerzas armadas facultades preponderantes para los actos de represión., (Wikipedia). Y de ser el caso hasta donde se impedirá que no se tome el control de las principales plazas de la ciudad, para aquellos que durante años se han creído los dueños de todos los espacios públicos, como lo ha sido el desmesurado y cada día más grande comercio informal, o para las ingenuidades y muchas veces equivocadas decisiones que puedan tomar las autoridades municipales, que están a un ápice de violar derechos humanos  y a meterse en una espiral descendente de impopularidad política, si no saben ejercer precisamente los acuerdos y esto se convierta única y exclusivamente en “La ley del garrote”…?

Hoy la Semana Santa tiene otro sabor, en ese sentido, los que tradicionalmente nos visitan cada año, y los que lo hagan por primera vez, lo pueden ver y lo van a sentir, aquellos que ya tenemos toda la vida en este ciudad, los podemos atestiguar, si hay un intento por controlar la anarquía del ambulantaje, hay quienes auguran una situación que es prácticamente una bomba de tiempo, que  a fuerza de voluntades podría traer más el enfrentamiento para que se acabe la endeble armonía social que aún existe en este ciudad.

El tipo de control que se tenga sobre la economía  informal, en cualquier ámbito y orbe mundial que se presente,  es el termómetro que mide la efectividad en la administración pública de una ciudad, y en este caso, San Luis Potosí, no es la excepción. El gobierno que encabeza, Ricardo Gallardo, sabe que si logra controlar la bola de nieve que se ha generado durante los últimos 30 años, con respecto a la economía informal y se cristaliza la idea de un control verdadero sobre algo que no lo ha tenido, y no lo quiere tener; su gobierno habrá  valido, e incluso, tamiza los sueños políticos del futuro, hacia un proyecto de gubernatura del estado, el problema es en todo caso, para quienes tendrán que evaluar el costo de este proceso, que  a decir de propios y extraños, no se ve nada sencillo, pues no  puede perder de vista el ayuntamiento,  que está siendo objeto de múltiples señalamientos en las redes Sociales  por la forma en la que llevó a cabo el desalojo de los globeros del primer cuadro de la ciudad, que de acuerdo a información de funcionarios al interior de la administración “fue un tremendo error de comunicación” entre las fuerzas del orden pues, no debió haber sido nunca, debio de haberse operado el ingreso mde “otros” ambulantes , y el resultado es que la Comisión de los Derechos Humanos hoy, está realizando una investigación que parece indicar podría resultar en una nueva recomendación en contra de la dirección de seguridad pública del municipio capitalino, que ha tratado de curarse con el argumento, de que les pidieron   su “documentación” a los globeros y la no presentarla oportunamente se procedió a “levantarlos”…

Eduardo Martínez Garfias, dirigente de los comerciantes ambulantes afiliados a Antorcha, indicó que con estas medidas que tomó el Alcalde y la Dirección de Comercio municipal, se está afectando a un total de 17 organizaciones de ambulantes y algunos comerciantes que trabajan de manera individual, con quienes tampoco se ha dado un acercamiento.

Señaló que con ello se violentan los derechos fundamentales de los ciudadanos a la libre organización y el derecho al trabajo, porque además el ambulantaje es un fenómeno social producto de la falta de oportunidades liberales, no sólo en la entidad si no a nivel nacional.

En esto que anterior mente expongo queda de manifiesto la firme creencia de estar luchando por un derecho legítimo, de poder vender con puestos en el primer cuadro de la ciudad, porque son generaciones los que lo han hecho, y hoy un alcalde quiere terminar con todo ello, así.

Tal vez no este día, pero el futuro augura algunos plantones y manifestaciones a gran escala, de los adheridos a organizaciones nacionales como Antorcha que en Querétaro permanecieron más de un  año, escenarios como el que vimos durante muchos meses en el Zócalo de la ciudad de México, todo a lo que usted y  yo debemos estar preparados en San Luis Potosí, en lo que parecer ser ya un cambio.

HASTA LA PROXIMA…