CONTENIDO NETO.

Nuestra sociedad  está atravesando uno de los momentos más difíciles de su historia, al momento que se ha hecho evidente la depredación  de la mujer, como un evento de nuestra cotidianidad, que en lugar de encontrar acciones de verdadera prevención o protección, nos hemos perdido en argumentos que pretenden explicar porque a la mujer se le vulnera y en el peor de los casos se justifique.

Hoy no quiero personalizar, entre lectoras y lectores, me dirijo a ti, porque así lo exige el tema, porque sin importar nuestros sexos, estamos en el umbral de la indolencia de la cual yo también  he sido responsable y tú también has jugado o has sido consecuencia en tu conducta o en tu haber,  resulta  redundante y  refiero a  enumerar otras vez casos, como los 43 que existen en feminicidios en San Luis Potosí, durante el año 2015, y 16 más en lo que refiere al año 2016, pues si ello no nos hace preguntarnos qué es lo que está pasando? porque se asesina mujeres?, difícilmente puede haber alguna otra cosa, que nos de una vez por todas una buena bofetada para despertar del letargo en el que estamos viviendo y reconocer que factores tan claros como lo son nuestras propias costumbres y nuestra educación es lo que también nos está ubicando al borde de una caída en espiral, que no tendría remedio.

Yo no quiero usar términos feministas, porque no quiero hacer más grande la brecha que nos divide, entre los hombres y las mujeres, porque tengo miedo que al final del día en aras de una falsa revolución lo único que encontremos sea más indiferencia y más sangre dentro y fuera de los hogares en donde la mujer es muerta de manera violenta y muchas veces de forma impune.

Hoy abordo la parte que me corresponde al  ejercicio periodístico; por no pensar en aquellos conceptos que son una interpretación que duele, que re victimizan, que son el estigma cultural de considerar a la mujer como un ente programado, o cuyo destino es tal. Hoy quiero hacer patente por adelantado  mis disculpas y ruego a quien mis palabras ofendan su perdón y mi más alta convicción a superarme primero y  tratar de aportar  en segundo.

Cuando  Muere una mujer a diferencia de cuando muere un hombre, aunque esencialmente es lo mismo, no necesariamente tienen  una consecuencia  parecida; y a ello me refiero al lenguaje que se utiliza para describir o narrar  los hechos por los cuales una mujer pierde la vida en una circunstancia violenta, la narrativa periodística que  en ese mismo  espacio infiere  y se consignen causas que se interpreten, como una justificación coherente a su destino, púes la volvemos a matar otra vez, y en ese momento, también una parte de muchas mujeres muere, como es la esperanza de una sociedad , menos  miope, y más equitativa. “La mataron por Celos” Le grito y le quito la vida” “fue descubierta en adulterio” “Se embarazó de otro”, hay un número inconmensurable de espacios informativos donde la humillación a la mujer se ha convertido en noticia de todos los días, al grado, que muchos ya no se dan cuenta.

Tendríamos que dejar de ser menos pragmáticos por pereza para ser más analíticos en nuestro lenguaje, porque eso también sería una forma de aportar aunque en una medida aún muy humilde, “algo”, para poder salir del lodazal de intolerancia e indiferencia la describir el asesinato de una mujer y sus causas.

     Los medios de comunicación tienen una gran la responsabilidad en la imagen pública de las mujeres que se  crea a través del lenguaje que utilizan. Este lenguaje puede ocultarlas,    discriminarlas e incluso denigrarlas. Por el contrario, un tratamiento igualitario en el discurso mediático puede contribuir, no solo a visibilizarlas, sino a acelerar el avance hacia la igualdad en muchos otros ámbitos. Es, pues, necesario que el lenguaje periodístico se haga eco de los procedimientos lingüísticos encaminados a evitar la discriminación por razón de sexo, ya que de esta forma se favorece la toma de conciencia y se contribuye a animar sensibilidades en aras de   una sociedad más igualitaria.

Aún cuando el tema del sexismo y la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación es bastante complejo, sí pueden hacerse cambios. Una forma es comenzando a modificar la forma de escribir, a través del lenguaje inclusivo, el cual habré de ejercer siempre.

Entonces es de la forma en como nos referimos a nuestras madres; hijas, hermanas, o amigas, es entonces, la forma en la que educamos a nuestros hijos para dejar de usar términos que clasifiquen tareas y responsabilidades, como propias de un sexo o de otro, desde ahí partimos para que en ola expansiva pueda haber un cambio siempre desde adentro hacia lo que nos rodea, si no cambiamos no habrá consideración y mucho menos medidas de prevención que resulten efectivas, al crimen y al asesinato de mujeres que mueren muchas veces a manos de quienes dicen amarlas el que esto escribe es hijo de una mujer y también padre de una hija, y ama. No hay un día de la mujer, son todos, porque siempre están aquí.

Hasta la Próxima