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Overdrive

Jorge Aguillón Rodríguez | 22/02/2016 | 08:44

Hace poco contestaba unas preguntas para un amigo que conocí hace muchos años. Entre lo que me preguntó estaba cuál era la música que había escuchado ya por gusto propio en mi niñez, en mi adolescencia y ahora que la ley me obliga a admitirme como un adulto. 

Fue curioso plantearme esa pregunta en mi cabeza. Siempre y de alguna forma tuve a bien llevare todo tipo de música a los oídos. Pero siempre me quedé con esa que me hacía sentir una verdadera energía. Desde niño los guitarrazos y el concepto completo del mundo del rock cobró un significado para mi.

Yo tenía diez años cuando una banda de Monterrey, Nuevo León, lanzó un disco que me cambió la vida. Si bien el cliché universal del mundo del rock me orillaría a decir que descubrí primero a los Beatles o algo así, la realidad es que el primer disco que realmente me hizo saber que el rock era para mi, fue un disco de Jumbo.

Mi primer concierto fue precisamente uno de Jumbo. En la misma gira del disco Restaurant. Mientras otros niños pedían a sus papás que los llevaran a los juegos de la feria, a comprar juguetitos o cosas así, yo le pedía a mi papá que me llevara a ver a Jumbo en la Feria de San Luis.

Con Restaurant de Jumbo prácticamente viví el rock en muchas de sus formas. Compré el disco, lo escuchaba una y otra vez y finalmente fui a un concierto. Viví por primera vez lo que significa romper la barrera entre el sonido del estudio y el sonido y la potencia de un concierto en vivo. Así supe desde que tenía diez años que la música era muy importante para mi.

Jumbo fue la banda que me dio el placer de haber encontrado un sonido auténtico y con letras en español que podía disfrutar siempre. No tenía idea de que diecisiete años después, Restaurant seguiría siendo una piedra angular en mi pequeño mundo de guitarrazos.

Todos los que vivimos atados a un profundo sentimiento relacionado con la música, sea cual sea su estilo, tenemos una piedra angular que sirve como base para levantar el gran muro que conformará nuestro criterio de gustos. En mi caso es un disco de una banda mexicana. Una banda a la que he visto en vivo muchas veces, de esas veces en varias mi papá me tuvo que llevar (cosa que te agradezco desde acá) y otras ya pude hacerlo yo solo.

Si lees esto, te invito a hurgar en tus recuerdos. A que recuerdes cual fue el primer disco que se adueñó de ti. Ya que lo tengas en mente, escúchalo completo y dale un saludo amable a tu yo del pasado que tuvo el tino de poner ese álbum en tus manos.