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CONTENIDO NETO.

Leopoldo Pacheco | 03/02/2016 | 09:03

Y no se podría considerar de otra forma los episodios que se han vivido dentro del balompié potosino, en donde prácticamente por una o por otra razón no hemos sabido conservar una representación deportiva, no solamente en el Futbol, en el básquet Bol, en el Béisbol,  en lo que alguna vez también fue San Luis Potosí, un famoso estado representativo por equipos cuyas victorias nos traían reflectores y comentarios positivos… hoy los reflectores nuevamente regresan a  nuestra ubicación, pero por el desafortunado zafarrancho que protagonizaron aquellos, que no les interesa tener partidos y equipo en San Luis Potosí, pues no se puede considerar de otra manera.

Juan Villoro en su obra Dios es Redondo, que fue a raíz de su trabajo  como articulista en La Jornada, como parte de una sección de reflexiones sobre la cultura del futbol en nuestro país señalo que sin duda una situación cruda, es ver reflejado nuestro instinto más básico, y tal vez siniestro en nuestras pasiones deportivas, altas y bajas, pues como animales pensantes, nuestro perfil de pertenencia, nuestra naturaleza de tribu, como lo viera Mc. Luhan, tiene una inconmensurable señal en el futbol.

De que el oficio de chutar balones está plagado de lacras. Levantemos veloz inventario de lo que no se alivia con el botiquín del masajista: el nacionalismo, la violencia en los estadios, la comercializacion de la especie y lo mal que nos vemos con la cara pintada. Todo esto merece un obvio voto de censura. Pero no se puede luchar contra el gusto de figurarnos cosas. Cada aficionado encuentra en el partido un placer o una perversión a su medida. (J.Villoro. Dios es Redondo. Anagrama 2006).

Que es lo que pretendemos al momento de figurarnos un partido, como la guerra contra otro equipo de futbol, y que esas pequeñas victorias, nos sepan a victorias personales, que nos alimentan el espíritu, y nos hacen pensar que somos mejores ciudadanos? ¿ Que nos hace pensar que en el daño y la humillación de un aficionado contrario, somos también parte de los objetivos de nuestro equipo favorito, que sin ningún otro perfil podría cambiarnos delanteros o portero, si es que así conviene, por aquel, que hemos odiado, o ha sido un enemigo antaño de nuestro gusto futbolero… son nuestras fantasías en un escenario donde lo único que existe y debe existir es el resultado y el aliento, pero no la violencia ni la sangre ni tampoco la agresión.

No aprendemos nada, con lo que ha ocurrido en otras latitudes donde vidas se han perdido por esta circunstancia, y ahora debemos asumir la consecuencia, de algo que pretendíamos construir y que tal vez se nos está yendo de las manos, para soñar que en San Luis Potosí, contaríamos ya con un equipo de primera, en este arduo y penoso camino de ascenso en el futbol mexicano.

Los que saben y también analizan, piensan que tal vez esto se convierta en una oportunidad, para que otros la aprovechen y ahora si llegue la danza de los millones de pesos, con patrocinadores que si tengan fe y por supuesto interés en apoyar a un equipo de futbol, como se dice podría ser el caso de  Los Santos de Soledad, que “dicen” si nos quedamos sin el Atlético San Luis, ahora habría mudanza.

Por lo pronto, como en toda historia, en donde hay sangre, en donde no hay buenos ni malos, solo ignorantes, nos quedamos a esperar las sanciones, a esperar a que pongan más cámaras en los estadios, con monitoreo para detectar a indeseables, mas detectores de metales, más luz en los alrededores,  menos impunidad, menos corrupción, mas deporte, menos violencia, mas familia, mas sonrisas, mas porras y menos barras, menos pólvora, mas amistad, mas entretenimiento y menos negocio, más competencia… más futbol, asi sea.