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Construyendo Utopías

Arely Torres Miranda | 01/02/2016 | 14:13

Esa frase siempre me la decía mi mamá, y definitivamente, ella era una convencida de que las palabras debían ir acompañadas de acciones que sustentaran los dichos. Es que de verdad es facilísimo abrir la boca y decir miles de cosas, sin que lleguemos a analizar si realmente seremos capaces de cumplir y realizar aquello que pretendemos al decirlo.  Pues bueno, esto parece aplicar tanto para la vida personal como para la vida política en nuestro país.

 

Hace unos meses, las feministas de este país vivíamos con expectativa el primer proceso electoral donde se abría la posibilidad de que por primera vez la Cámara de Diputados (y diputadas) Federal quedara integrada por 50 por ciento de mujeres, mayormente gracias a la reforma político/electoral que obliga a los partidos a postular a la mitad de Candidatas al congreso. Así mismo, se elegirían 10 gubernaturas, 600 diputaciones locales, 871 alcaldías y 16 jefaturas delegacionales en el Distrito Federal (ahora Ciudad de México). Me imagino en los aprietos que se vieron varios partidos políticos cuando POR LEY tuvieron que incluir a mujeres, a esas mujeres que forman sus bases, pero que bajo su patriarcal (o machista) punto de vista, consideraban que no estaban listas para el ejercicio del poder político, ese poder político que para ellos, no ha sido necesario poner en una ley para que se cumpla y mucho menos, ha sido cuestionado, por lo menos no bajo razones de género.

 

No sé a ustedes, pero a mí me parece vergonzoso, que siendo México un país que se alza el cuello diciendo que es democrático, se viva la aberrante y paradójica situación de que las mujeres que deciden ser parte de una vida política, terminen siendo víctimas de violencia o incluso, lleguen a ser asesinadas en el ejercicio de un derecho humano. Hace apenas unos días, hemos sido testigos/as del artero asesinato de Gisela    quien, y hay que decirlo con todas sus letras, es resultado de la Violencia Política de Género que vivimos en México. Esto, a mi parecer, es consecuencia de esas estructuras de poder que si bien, en el discurso dicen ser incluyentes y cumplir con la igualdad, en la práctica, las llamadas “acciones afirmativas” les causan una gran molestia y lo que aún no alcanzan a entender, es que no es que las mujeres tengamos más derechos, si no que estas medidas temporales y específicas, lo que hacen es eliminar las brechas de inequidad para entonces si, poder ejercer los derechos con una igualdad sustantiva.

 

Otra forma en que la llamada paridad se convirtió en demagogia y simulación, fue en los recursos que al final del día ejercieron las candidatas. Hace unos días, me topé con dos estudios que realizó el INE, uno de la Unidad de Fiscalización y el otro la Dirección de Prerrogativas y Partidos Políticos, en donde bajo la fría pero real perspectiva de los número, queda en evidencia que las mujeres candidatas, recibieron casi 30 millones menos que los hombres, siendo que ellos recibieron 530 millones 993 mil 339 pesos, las mujeres tuvieron que arreglárselas con 201 millones 680 mil 531 pesos y la paridad no se cumplió del todo, ya que se postularon 1, 304 mujeres y 1,341 hombres en los diferentes partidos políticos.

 

¿Cómo fueron las candidaturas y los presupuestos en los diferentes partidos? Pues según ambos estudios,  el PRI postuló 25 candidatos y 25 candidatas ejerciendo ellas 275 mil pesos que los hombres, recibiendo un total de 23.3 millones. El PAN cumplió con la paridad de 150 candidaturas para cada género, sin embargo, a las mujeres les otorgó 99.2 millones menos que los 120.2 que entregó para las candidaturas de los candidatos varones de su partido y Movimiento Ciudadano también cumplió con la paridad en las candidaturas, postulando también a 150 hombres y 150 mujeres, pero entregando a ellos 50.3 millones y a ellas, 2.9 millones menos, es decir, un presupuesto de 47.3 millones. Por su parte, el PRD ocupó el tercer sitio, con 99 mujeres y 101 hombres, a ellos se les otorgaron 66 millones y a ellas 3.9 millones menos que a ellos.

 

Eso no es todo, en los medios de comunicación, según el estudio del propio INE y coincide con el realizado por CIMAC, las mujeres tuvieron menos representación. Al final de este primer ejercicio supuestamente democrático e incluyente, debemos analizar muy bien, que pareciera ser que al final del día, lo que nos vendieron a través de discursos y fanfarrias, sólo resultó una simulación más en este esfuerzo por una igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. ¡ah claro! Tampoco faltaron aquellas voces, machistas mayoritariamente, que reclamaron que ahora resulta que las mujeres tenemos una ley especial,  o como lo dijo el dirigente de un partido: “en esta cuota de genero a que estamos obligados en el partido” (no pongo quien, porque como sólo lo escuché en tv, no tengo la cita completa)  lo cual sólo demuestra que desgraciadamente, sigue sin entenderse lo que son las acciones afirmativas y el porqué son necesarias.

 

Estas cifras se traducen en una enorme desventaja para la consolidación de la paridad electoral, política y social para las mujeres,  por que aún está el gran planteamiento que si el tener más mujeres en la política, nos garantiza el acceso a los derechos, cosa que lo dudo y para muestra tenemos la votación la semana pasada en el congreso de Veracruz, donde las propias mujeres votaron contra el Derecho a Decidir de cada ciudadana Veracruzana blindando la vida desde la protección lo cual es por supuesto una medida anticonstitucional y violatoria de la CEDAW. Yo no pertenezco a ningún partido político porque, como dijo Susan Brownell Anthony, “Ninguna mujer que se respete puede querer trabajar por el triunfo de un partido que las ignore”… esperemos que esto cambie pronto.