Viernes 26 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Solo para débiles

Eduardo L. Marceleño | 08/01/2016 | 12:03

Por lo usual, los que que se levantan por la mañana a leer el periódico abordan los temas más difíciles de digerir, en contraparte, desayunan liviano. Quizá el balance entre noticias de la tragedia y el Continental sea el motor de sus vidas. No obstante, el desastre no debería ser el primer tema de conversación con la lectura, menos con el desayuno.

Ayer por la tarde, Lupita, la señora que asiste en la limpieza mi casa, me preguntó si seguía trabajando en “el periódico”, al tiempo que se encargaba de una incómoda basura y la disparaba contra el recogedor. Le dije sí, ella preguntó entonces si me había enterado de la muchacha que se ahorcó, por allá, donde ella vive. Le dije que no. La verdad sea dicha, no me enteré de la menor de edad que, luego de sufrir hostigamiento escolar, decidió colgarse.

Uno no puede enterarse de todo, quienes lo intentan corren el riesgo de estar al borde del síncope. Está bien, por otro lado, ser un archivo noticioso y además desarrollar un criterio; una variante del periodismo insoslayable siempre, siempre necesaria. Y sin embargo, digerir noticias abrumadoras cuesta un poco. El morbo, por su parte, es como un alimento pesado, grasoso, que nos cuesta procesar pero nos divierte ingerir. Total, los periódicos venden gracias a las malas noticias.

Es cierto, hay un deseo mayor de consumir maldad sobre la inocua aspiración a la felicidad. El periódico trabaja con salvaje sentido de realidad.

La temible bomba que Corea del Norte ostenta con arrogante sentido del chantaje, las brutalidades del Daesh, la suma de adeptos de Donald Trump, los crueles y despiadados cárteles mexicanos, el asesinato de un joven pandillero en la Progreso, o la adolescenteque se ahorcó y que Lupita recuerda taciturna, todas ellas noticias de primera plana, todas altamente consumibles; textos que se leen por las mañanas con siniestra normalidad. 

Lo lamentable es que secciones que pudieran estar desintoxicadas como deportes y cultura, incluso temáticas diarias, se vean amañadas por esa corriente negativa que vende cuantiosas cantidades de papel, o de visitas, que para el caso es lo mismo. Saber de críticas infructuosas hacia el error en tiro penal, en que la película por ser hollywoodense es pésima, en que Gael García Bernal hace cine para comunistas, etcétera; artículos de fondo altamente cargados de contenido que son violados por un encabezado que agrede con la repugnante fuerza del lugar común.

Notas, notitas como le llaman algunos reporteros; “buscar la nota, dale por ahí, dale por acá” dicen, con el afán de encontrar el ángulo más retorcido, sin importarles que allí, muy dentro de la superficialidad del lector de tragedias, existe un profundo deseo de apaciguamiento, de sosiego, de armonía y bienestar.

Pero todo contenido es necesario. La declaración oficialista de un político, por decir algo, siempre vendrá como responsabilidad ineludible para la prensa escrita. Las tragedias y hechos de instantáneo apremio siempre serán una verdad necesaria. Con todo eso uno ya cuenta.

En la prensa, unos viven de la tentación y otros de la necesidad, unos viven de los artículos de fondo y otros de las noticias diarias y repentinas, el error recae en confundir estas dos variantes al momento de organizarlas. No todos los textos deben ser juzgados bajo el escrutinio de una sola categoría.

Resulta desolador que la gente amanezca deseosa de consultar las noticias al desayunar y terminé con un dolor de estomago adjudicado a una inexistente mala preparación de los alimentos, y no a las tenciones generadas en el duodeno por decenas de encabezados negativos; más encabezados perniciosos, incluso, que textos como tal. Hay textos que nada tienen que ver con lo que muchos de los editores del país deciden nombrarlos.

Lupita fue quien me contó la historia de la muchacha suicida: “era gordita, yo no sé como la aguantó ese clavo”. En efecto, la nota era precisa en su descripción y la menor tenía sobrepeso, lo que la llevó a ser víctima de hostigamiento escolar, lo que terminó en su muerte. Curiosamente, el hallazgo del cuerpo fue por la mañana, después de que su mamá fuera al crucero por el periódico, para leer las primeras noticias del día, posiblemente, durante el desayuno.