Viernes 26 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Editorial

Plano Informativo | 31/12/2015 | 01:23

Hoy termina 2015 y el recuento ha sido favorable. San Luis Potosí se está renovando y con esta renovación se avizoran cambios esperanzadores que darán nueva vida a la economía local; las y los potosinos estamos en el camino del progreso que habíamos perdido hace ya varios años.
 
Mañana empezaremos un nuevo año y con él llegó el momento de volver a confiar en que las decisiones que se tomen desde las cúpulas gubernamentales estarán motivadas única y exclusivamente por el bien común, en busca de una mejoría en el nivel de vida de los potosinos, que incluya, por fin, el sentimiento de seguridad que abandonó suelo tunero hace muchos muchos meses.
 
La sociedad ha empezado a organizarse nuevamente para luchar por su bienestar. Los estudiantes se están politizando y muestran deseos de participar en la vida de la comunidad. Las artes muestran pequeños retoños que auguran un magnífico florecimiento cultural y artístico. El Centro Histórico está recuperando su magnificencia.
 
Y lo que es mejor... Los Poderes están dando muestra de coordinación y trabajo, sin subordinación ni animosidad que divida a los potosinos.
Aires de esperanza recorren el Estado y aunque aún es pronto para soltar las campanas al viento, la promesa de mejores tiempos aquí está, acampada en el primer cuadro de la capital potosina, a la espera de que lleguemos y decidamos volver a creer que somos capaces de levantarnos y llevar con nosotros a nuestra autoridad.
 
Que volvamos a plantarle cara al futuro y que, de la mano de aquellos a quienes elegimos como líderes, retomemos los trabajos por el desarrollo y dejemos de lado los enconos y el divisionismo para volver a trabajar con un único fin: progreso.
 
Hay mucho por hacer. Hay mucho por rehacer. Pero los potosinos somos capaces de lograr este resurgimiento y si para ello hay que luchar codo a codo con nuestros vecinos, con nuestros hermanos, lo haremos, porque los potosinos no saben bajar los brazos y sí, en cambio, saben dar las mejores batallas cívicas y sociales.
 
LO QUE NO MARCHA BIEN
Pero al mismo tiempo que nos debemos lanzar hacia el progreso, estamos obligados a voltear a ver lo que no está bien. Hoy debemos pagar, como sociedad, por la indolencia con que hemos dejado en manos de la nada a nuestros jóvenes.
 
No son todos, es cierto, pero hay una generación que debemos rescatar y que no será posible sin contar con el concurso de todo y de todos.
A los altos índices de depresión juvenil que devienen en intentos de suicidio hay que sumar también el 30 por ciento de los accidentes automovilísticos que son provocados por jóvenes alcoholizados o drogados, o las dos cosas.
 
Toda una generación que se nos está yendo de las manos sin que hagamos mucho por rescatarla, porque vea que todos ellos son necesarios en la sociedad.
 
Por eso en este principio de año debemos hacer, como propósito irrenunciable, la promesa de poner todo nuestro empeño en sanar esta generación de jóvenes, hombres y mujeres, que estamos sin futuro y sin esperanza.
 
Y que son nuestros. De todos. Porque son potosinos y nos hacen falta.
 
Francisco Javier Rosales Hernández