Viernes 26 de Abril de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

Editorial

Plano Informativo | 30/12/2015 | 01:15

Sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, son los síntomas característicos de la depresión, que además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana, suelen estar acompañados de ansiedad.
 
Y por lamentable que esto parezca, la depresión se está convirtiendo ya en un problema de salud pública que requerirá la participación coordinada de las instancias gubernamentales para rescatar de esta problemática a la juventud potosina que, en razón de 4 de cada 10, están presentando tendencias suicidas.
 
No hablamos de la población en general. Nos referimos a la población juvenil. El futuro de San Luis Potosí. La esperanza de progreso y desarrollo. La generación que viene tras nosotros para tomar las riendas.
 
Es por eso que reviste particular importancia la información difundida por el director de los Centros Comunitarios del ayuntamiento capitalino.
 
¿Cuándo, en la historia de la ciudad, se habían observado jóvenes tan dañados por el entorno?
 
¿Acaso esperarán hasta que una ola de suicidios juveniles ponga a la capital potosina en las marquesinas del panorama nacional, para ver el problema tan serio que ya es?
 
El origen de la depresión es multifactorial. Y multifactorial debe ser también el programa para enfrentarla.
 
En su aparición influyen factores biológicos, genéticos y psicosociales. La psico-neuro-inmunología plantea un puente entre los enfoques estrictamente biológicos y psicológicos.
 
Y entre los factores psicosociales que originan la aparición de la depresión, destacan el estrés y los sentimientos negativos derivados de una decepción sentimental, así como la contemplación o vivencia de un accidente, asesinato o tragedia; el trastorno por malas noticias, pena, contexto social, aspectos de la personalidad, haber atravesado una experiencia cercana a la muerte o una elaboración inadecuada del duelo por la muerte de un ser querido.
 
La vida moderna expone a los jóvenes a todas estas experiencias y no hay ninguna campaña , tendiente a neutralizar los efectos nocivos de toda esta avalancha de factores que corroen la estabilidad emocional de nuestros adolescentes.
 
Ni activistas ni funcionarios prestan atención al daño que, cada día es más evidente, se ha causado y no se ha subsanado, a las juventudes potosinas.
 
¿Qué sectores son los más afectados?
 
Esa es la pregunta incorrecta, porque la afectación es general, todos los jóvenes están expuestos a los mismos factores.
 
Lo que cambia son los satisfactores. Porque dependiendo de la situación económica será el tipo de problema que desarrollarán. No se trata de ver si la desarrollan. Lo harán y alguien debería estar planificando ya un programa para hacer frente a este serio problema de salud pública.
 
Francisco Javier Rosales Hernández