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Editorial

Plano Informativo | 28/12/2015 | 00:46

El tráfico de influencias, la corrupción y la falta de responsabilidad de varias dependencias quedó de manifiesto este domingo, cuando ventarrones de 32 kilómetros por hora pusieron en jaque a la capital potosina, derribando árboles, espectaculares, postes y hasta transformadores.
 
La salida más fácil sería culpar a las administraciones anteriores por la falta de seriedad con que se tomaron la responsabilidad de otorgar o negar los permisos correspondientes para la instalaciones de los objetos que este domingo se convirtieron en proyectiles a lo largo y ancho de la ciudad.
 
La cantidad de árboles derribados por vientos de menos de 60 kilómetros por hora son muestra de la falta de cuidado que han tenido los encargados de parques y jardines,  porque el viento derribó árboles que tuvieron que haberse sustituido cuando menos hace seis meses.
 
La contingencia generada por los vientos atípicos de este domingo pone de manifiesto la falta de estudio y planeación en la autorización otorgada para la instalación de anuncios espectaculares que se convirtieron en un grave peligro para los potosinos y que estuvieron a nada de causar una catástrofe.
 
La excusa de que los actuales gobiernos están empezando, hoy no sirve porque más de un potosino salvó la vida por suerte, milagro o ausencia.
 
Lo cierto hoy es que ventarrones  mantuvieron a los potosinos prisioneros en sus casas, temerosos de que cualquier cosa les cayera encima.
 
Y aunque las dependencias coordinadas por Protección Civil trataron de hacer frente a las necesidades de la población, las deficiencias estructurales de la ciudad convirtieron el día en un caos sin pies ni cabeza, pero sobre todo, sin alguien que guiara los esfuerzos.
 
No escapa de responsabilidad la Comisión Federal de Electricidad, cuyos transformadores fueron vencidos por las rachas de viento.
 
Postes de alumbrado público y transformadores, responsabilidad de la paraestatal, que no soportaron la contingencia y fueron más un peligro que una ayuda.
 
¿Alguien se hará responsable de estos destrozos?
 
¿Quién pagará por los daños causados por postes y árboles que destrozaron automóviles de ciudadanos cuyo único "error" fue dejar sus vehículos en la vía pública?
 
Nuevamente, la salida más fácil es culpar a los que se fueron... pero ¿cuánta responsabilidad corresponde a las actuales administraciones?
 
Tres meses han debido ser suficientes para hacer un diagnóstico de la ciudad y sus puntos débiles. Diseñar un esquema de fortalecimiento de la infraestructura. Evaluar parques y jardines.
 
En fin, diagnosticar todos los posibles escenarios para evitar, en lo posible, poner en riesgo a los habitantes de la capital potosina.
 
Porque si no han podido contener los males heredados en la capital ¿cómo podemos pensar que se puedan contener los desaciertos en los otros 57 municipios?
 
Es información difundida que el país en general y San Luis Potosí en particular, enfrentan las consecuencias del fenómeno climatológico El Niño, y también son conocidos los efectos de este 
fenómeno. Entonces ¿dónde están los estrategas de los gobierno?
 
FRANCISCO JAVIER ROSALES HERNÁNDEZ