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Miguel Ángel Guerrero | 20/11/2015 | 09:30

Si hay un sector que abierta y frontalmente le ha expresado sus críticas al gobierno  ha sido el empresarial que consciente de su peso específico ante la sociedad y del valor que representa para la estabilidad gubernamental permite a los dirigentes de los organismos que lo agrupan decirle sin temores sus verdades a gobernadores y alcaldes respecto de sus comportamientos deficientes o falta de resultados satisfactorios cuya vigencia, por lo visto, ha decidido extender al gobernador Juan Manuel Carreras López la vigencia del bono democrático adquirido con su inobjetable triunfo electoral del pasado 7 de junio.

En lo que va de su administración, debe precisarse JMCL se ha preocupado por afianzar una buena relación con el empresariado potosino cultivando una buena relación con los que presiden las cámaras y reuniéndose con cierta frecuencia con los empresarios más destacados así como atendiendo toda invitación a cualquier evento que realicen y soliciten su presencia lo que le ha redituado no tener ningún roce ni a nivel organismo o en lo individual con nadie de ese poderoso gremio capaz de hacer tambalear a cualquier gobernante si se lo propone o las inconformidades lo hacen desenterrar el hacha de guerra.

En su caso, Carreras se ha cuidado de no dar lugar a mal entendidos o desplantes que los haga ponerse en pie de guerra además de que en sus encuentros hace gala de una buena mano izquierda como lo demostró en la toma de posesión de la directiva de IPAC de anteayer donde saludó directamente a cada uno de los asistentesy dialogando brevemente con quien quiso hacerle un comentario en corto.

Ahora, también el gobernante y doctorado en derecho se ha cuidado de evitar caer en algunos errores semejantes a unos de sus antecesores que les originaron fuertes lluvias ácidas de críticas empresariales como las que cayeron sobre el ex gobernador Fernando Toranzo Fernández desde los primeros meses de su administración por la enfermiza obsesión de culpar a su antecesor de todos los males que enfrentaba su gobierno tanto como por evidenciar sus preferencias hacia ciertos empresarios para privilegiarlos con obras o contratos oficiales de todo tipo sin abrirlos a la libre competencia por obtenerlos situación semejante a la que enfrentó en su arranque don Marcelo de los Santos.

Decíamos, Juan Manuel ha evitado alterar las aguas empresariales evidenciando favoritismo hacia uno o algunos además de que tampoco ha dado motivo para despertar la impaciencia del gremio con el sobado argumento de culpar al que se fue por todos sus pesares, lo que, como apuntamos arriba le ha traído como recompensa que este quisquilloso sector le extienda la vigencia del famoso bono democrático que generalmente acompaña al triunfo electoral situación que puede hacer que permanezca indefinidamente caminando de la mano con el empresariado como lo ha hecho hasta ahora.

CABOS SUELTOS

Empieza a apagarse la espuma que levantó el cambio de nombre de la avenida San Pedro del vecino municipio de Soledad por el del ex alcalde del lugar José Ricardo Gallardo Cardona al empezar a caerle el veinte a la gente de que se trató de un simple homenaje que las autoridades soledenses quisieron rendirle… Por cierto, a propósito de cambio de nombres a calles los maldosos reporteros del congreso proponen que al callejón del Codo ubicado sobre eje Vial frente al edificio de seguridad diariamente poblado de meretrices se le cambiepor el del “callejón del bizcocho”, no entendí diría Catón.