HUNTSVILLE, Texas, EU
El Universal | 06/08/2008 |
En el transcurso del día, como fue la última petición de
Ernesto Medellín no se hicieron presentes sus padres ni familiares, y
únicamente en un punto no revelado por los abogados esperaban la llamada.
En entrevista Sandra Babcock, principal representante legal
del condenado a muerte, aseguró que se hizo todo lo posible por continuar
defendiendo a su cliente.
La expectativa y el revuelo entre los medios de
comunicación se dio en punto de las seis de la tarde, cuando empezaron a correr
versiones de que el procedimiento había sido aplazado al menos por seis horas.
“Me acaban de confirmar que la Suprema aceptó una última
apelación de los abogados del señor Medellín, por lo que la aplicación de su
condena se detiene momentáneamente”, informó Jason Clark, vocero del
departamento de Justicia Criminal del estado de Texas.
Al ser cuestionado sobre qué procedía, el funcionario
contestó que “hay que esperar hasta que la Suprema Corte resuelva si acepta o
no la apelación de los litigantes y si procede a recomendar algo al gobernador
o bien se continúa con el proceso”.
De todas formas dijo, Ernesto Medellín no vivirá más allá
de las 11:59 de la noche de este marte, debido a que “es muy remota”.
En ese momento, dijo que todo está preparado para continuar
con el proceso, y José Ernesto se encontraba en una sala especial del lado
izquierdo de The Walls, conocido como la Dead House (casa de la muerte)”.
De acuerdo al protocolo penitenciario del estado de Texas,
a las 17:55 horas de este martes, Medellín Rojas caminó los entre 25 y 30
metros del último pasillo que lo conduciría al sillón en el que sería amarrado
y muerto en nombre de las justicia.
Tres médicos y una enfermera lo ataron con cinturones, para
evitar que al momento de recibir la inyección letal su cuerpo cayera al suelo.
Estando ahí postrado, junto a las tres jeringas con el
líquido y los médicos preparados, inesperadamente se recibe la confirmación de
que uno de los máximos tribunales de Texas aceptó la apelación del grupo de
abogados.
Como se había informado, los únicos que tuvieron acceso a
estar detrás del vitral donde se presenciaría la ejecución del presunto homicida
de dos adolescentes, fueron sus tres abogados y su íntima amiga Sandra Crist;
mujer que conoció a Ernesto durante su adolescencia, cuando vivía en Houston,
Texas.
La abogada de sentenciado a muerte confirmó que el señor
Venancio Medellín y María Rojas (padres del joven) abrieron en llanto cuando
supieron que el agónico final se extendería por varias horas más.
Afuera de la prisión de grandes paredes rojas, un grupo de
entre 25 y 30 manifestantes no perdía el ímpetu y todo el tiempo gritaban
consignas en contra del gobierno de Texas en su intento porque se detuviera lo
que ellos llamaron “asesinatos innecesarios”.
El mexicano José Ernesto Medellín Rojas fue ejecutado la
noche de este martes por el gobierno de Texas, ya que lo consideró culpable de
haber sido copartícipe de la violación y asesinato en 1993 de dos adolescentes,
una de 14 y otra de 16 años, en el condado de Houston.
El Departamento de Justicia Criminal de esta entidad
cumplió a las 21:57 horas de este martes una orden emitida por la Suprema Corte
de Justicia de Estados Unidos el pasado 5 de mayo, dándole autorización a la
entidad texana para quitarle la vida, mediante una inyección letal, al
tamaulipeco de 33 años, de los cuales los últimos 14 los pasó en prisión.
Aunque el consulado de México en Houston se enteró tarde
del caso, debido a que las autoridades texanas no le dieron vista de la
aprehensión ni del inicio del proceso legal en contra de José Ernesto, el
cónsul general aseguró a EL UNIVERSAL de que a partir de que se enteraron han tratado
de estar muy cerca con la familia e incluso les apoyarán en el traslado del
cuerpo a Tamaulipas, si es que así es su voluntad.
Carlos González Magallón reiteró que hicieron todo lo
diplomáticamente posible para asistir en el caso denominado Medellín contra
Texas.